Aunque el Gobierno anunció un incremento del 30% para los médicos residentes, elevando sus sueldos a $1.300.000 a partir del 1 de julio, la falta de una propuesta formal y la exclusión del resto del personal mantienen viva la protesta en el principal hospital pediátrico del país.
El conflicto salarial en el Hospital Garrahan, el mayor centro pediátrico de Argentina, persiste a pesar del anuncio gubernamental de un aumento del 30% para los médicos residentes. La medida, que eleva sus ingresos a $1.300.000 mensuales desde el 1 de julio, fue comunicada por la administración del hospital, pero no ha sido formalizada por el Ministerio de Salud, generando incertidumbre entre los profesionales de la salud.
Los residentes expresaron su descontento por la forma en que se anunció el aumento, señalando que no han recibido ninguna propuesta oficial y que el comunicado provino del hospital, que no es su empleador directo. Además, destacaron que la medida no aborda las necesidades del 90% restante del personal, incluyendo enfermeros, técnicos y administrativos, quienes también enfrentan salarios por debajo de la canasta básica.
El ministro de Salud, Mario Lugones, atribuyó el aumento a una reestructuración interna y a la implementación de un sistema biométrico de control de asistencia, en línea con la política de eficiencia y meritocracia del Gobierno. Sin embargo, desde la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y la Asamblea de Residentes del Garrahan, se cuestionó la falta de diálogo y se convocó a una asamblea general para el martes 3 de junio, donde se definirán nuevas medidas de fuerza.
El Hospital Garrahan, que atiende a más de 600.000 pacientes al año y realiza alrededor de 10.000 cirugías, incluyendo 100 trasplantes pediátricos, se encuentra en una situación crítica debido a la pérdida del poder adquisitivo de su personal. Desde diciembre de 2023, los residentes han experimentado una caída del 53% en sus salarios, lo que ha llevado a renuncias y a una sobrecarga de trabajo para quienes permanecen en el hospital.
El conflicto en el Garrahan refleja las tensiones más amplias en el sistema de salud pública argentino, marcado por recortes presupuestarios y una creciente demanda de servicios. La resolución de esta crisis requerirá un enfoque integral que incluya a todos los sectores del hospital y garantice condiciones laborales dignas para quienes sostienen el sistema sanitario.