El magnate tecnológico, exasesor del Departamento de Eficiencia Gubernamental, denuncia el megaproyecto fiscal del presidente como una traición a los votantes y una amenaza para la economía estadounidense.
Elon Musk, fundador de Tesla y SpaceX, ha lanzado una dura crítica contra el proyecto de ley de presupuesto impulsado por el presidente Donald Trump, calificándolo de “abominación repugnante” y acusando al Congreso de llevar a Estados Unidos hacia la bancarrota.
“Lo siento, pero ya no lo soporto. Este enorme, escandaloso y desmesurado proyecto de ley de gastos del Congreso es una abominación repugnante”, escribió Musk en su red social X (antes Twitter). “¡Qué vergüenza para quienes votaron a favor! Saben que hicieron mal. Lo saben”.
La ley, conocida como “One Big Beautiful Bill Act”, busca extender los recortes fiscales de 2017, aumentar el gasto en defensa y seguridad fronteriza, e imponer nuevos requisitos laborales para programas sociales. Sin embargo, según la Oficina de Presupuesto del Congreso, añadiría $3.8 billones al déficit federal en la próxima década.
Musk, quien hasta la semana pasada lideraba el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), creado por Trump para reducir el gasto público, considera que esta ley socava los esfuerzos de austeridad y traiciona a los votantes que confiaron en las promesas de disciplina fiscal.
“En noviembre del próximo año, despediremos a todos los políticos que traicionaron al pueblo estadounidense”, advirtió Musk, instando a los votantes a castigar a quienes respalden la ley.
La Casa Blanca ha minimizado las críticas de Musk. La secretaria de prensa, Karoline Leavitt, afirmó que el presidente ya conocía su postura y que sus comentarios no alteran la opinión del mandatario sobre el proyecto.
El enfrentamiento entre Musk y Trump marca una ruptura significativa en una relación que había sido estrecha. Musk fue uno de los principales donantes de la campaña de reelección de Trump en 2024 y desempeñó un papel clave en los primeros meses de su segundo mandato.
El proyecto de ley aún debe ser aprobado por el Senado, donde algunos republicanos expresan reservas sobre su impacto fiscal. La presión de figuras influyentes como Musk podría complicar su aprobación antes del objetivo del 4 de julio establecido por la administración.
La controversia también ha generado debates sobre el papel de Musk en la política y su influencia en las decisiones gubernamentales. Mientras algunos lo ven como un defensor de la responsabilidad fiscal, otros cuestionan su creciente protagonismo en asuntos públicos.
Con esta confrontación, Musk se posiciona como una voz crítica dentro del movimiento conservador, desafiando las políticas de gasto de Trump y abogando por una gestión más austera del presupuesto federal.
El desenlace de este conflicto podría tener implicaciones significativas para la política fiscal de Estados Unidos y el futuro de la relación entre el presidente y uno de sus aliados más prominentes.