La cifra más baja en cinco años, celebrada por el gobierno; analistas advierten sobre el costo social y los riesgos cambiarios.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) informó que en mayo de 2025 el Índice de Precios al Consumidor (IPC) se ubicó en el 1,5%, la variación mensual más baja desde mayo de 2020. La inflación interanual alcanzó el 43,5%, mientras que el acumulado anual llegó al 13,3%.
Contexto y medidas económicas
El Gobierno de Javier Milei destacó el dato como el resultado de una política de “planchado” del tipo de cambio, combinada con equilibrio fiscal, restricción monetaria, y la eliminación progresiva del cepo. Además, se lanzó un plan para endeudarse hasta 7.000 millones de dólares, complementando créditos del FMI y préstamos a través de bancos internacionales, con miras a reforzar las reservas del Banco Central.
El sector de alimentos y bebidas no alcohólicas, así como el transporte, mostraron las menores variaciones, con subas de apenas 0,5% y 0,4% respectivamente. En contraste, los rubros comunicación (4,1%) y restaurantes y hoteles (3%) lideraron los aumentos.
Reacción del Gobierno y del mercado
El ministro de Economía, Luis Caputo, celebró el dato en redes sociales, atribuyéndolo a la liberalización cambiaria y al crecimiento económico, mientras líderes del PRO también expresaron su respaldo. El FMI sumó su apoyo y anunció el envío de una misión técnica a fines de junio para evaluar el cumplimiento de metas y avanzar con futuros desembolsos en el marco del programa de facilidades.
Sin embargo, organismos críticos como el CEPA cuestionaron que la baja invoque un estancamiento del consumo, ajustes en precios relativos y topes salariales, advirtiendo que se trata de una desaceleración artificial. El economista Carlos Melconian apuntó que la estrategia actual sería un “parche” sin una ancla fiscal de largo plazo, criticando el endeudamiento creciente y el mantenimiento de restricciones cambiarias que, según él, distorsionan el mercado.
Los desafíos por delante
Los analistas coinciden en que junio podría mostrar una inflación algo mayor que la de mayo, aunque aún dentro de un rango controlado. El mantenimiento de la estabilidad dependerá de la continuidad de las medidas fiscales, del comportamiento del dólar y del fortalecimiento de las reservas, sin olvidar el contexto electoral que se avecina.
Además, el resultado fiscal de mayo se complicó por una caída del 17% en los ingresos públicos respecto al año pasado, lo que agrega presión sobre la viabilidad del equilibrio económico.
Para tener en cuenta
La Contracción del consumo masivo (‑3,2% en mayo) confirma que la desaceleración inflacionaria está siendo impulsada parcialmente por una demanda débil .
El sector alimentos y bebidas mostró retrocesos significativos en productos estacionales como frutas, verduras y carnes, con Mendoza destacando una caída intermensual de hasta 6,8% en verduras.
En definitiva, el dato de mayo representa un hito relevante en la lucha contra la inflación, pero el Gobierno no queda exento de críticas y desafíos. El sostenimiento de esta tendencia implicará enfrentar tensiones entre metas fiscales, reservas, crecimiento y elecciones.
