Supermercados registran cuarto mes consecutivo de crecimiento, mientras los mayoristas siguen en caída.
En abril, las ventas en supermercados argentinos marcaron un incremento interanual real del 8,9% y subieron 0,5% con respecto a marzo, sumando cuatro meses consecutivos de expansión, según los datos del INDEC. Sin embargo, este escenario favorable contrasta con el desempeño de los autoservicios mayoristas, cuyos ingresos retrocedieron 2,9% interanual y 3,2% respecto a marzo, acumulando una contracción del 6,6% en lo que va del año.
Los supermercados facturaron 1,97 billones de pesos en abril, con una suba nominal del 48% y un ticket promedio de 28.222 pesos. Los artículos que impulsaron la suba fueron carnes (+77,6%), alimentos preparados y rotisería (+77,4%), indumentaria y textiles para el hogar (+74,4%) y panadería (+62,9%). En cambio, los productos de limpieza y perfumería quedaron al margen del crecimiento.
En los mayoristas, aunque la facturación nominal creció 28,5%, no alcanzó para compensar la inflación, lo que se tradujo en una caída real de 2,9% interanual y 3,2% mensual.
Mientras tanto, el consumo general de los hogares reflejó una mejora moderada: un aumento del 4,5% interanual en abril, según la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), impulsado por la desaceleración inflacionaria —que en ese mes fue de 2,8%— y mejoras en condiciones macroeconómicas tras la salida parcial del cepo cambiario.
A primera vista, el comportamiento del consumo parece alentador: mayor uso de tarjetas de crédito (57% de aumento), empleo creciente del QR y otros medios digitales, y una “leve recuperación del poder adquisitivo”. Sin embargo, las cifras esconden realidades dispares: el canal mayorista —crucial para pequeñas y medianas empresas, así como para la venta por volumen— sigue golpeado. Esto sugiere que la demanda está concentrada en consumidores minoristas, mientras que los comercios más sensibles al costo aún resienten la fragilidad del mercado interno.
Además, si bien abril marcó el cuarto mes de crecimiento consecutivo, el punto de partida fue extremadamente bajo. Casino por caso, en marzo de 2024, las ventas minoristas en supermercados habían caído 17,6% interanual. Es decir, estos meses positivos reflejan más una recuperación desde una base deprimida que un impulso sostenido.
Los analistas alertan que el repunte es frágil, condicionado por una inflación aún elevada (cercana al 47% interanual) y un poder adquisitivo que se recomponía lentamente. El consumo masivo sigue siendo una señal de alerta: aunque los argentinos se apegan a estrategias de descuento y promociones –que en ocasiones significan una variación de precio de hasta 50% entre días y supermercados, dependiendo de la tarjeta y ofertas –no hay seguridad de que estos estímulos sostengan el crecimiento sin una mejora genuina de salarios y empleo.
En definitiva, abril ofreció un respiro para el consumo minorista, pero la recuperación sigue siendo parcial y desigual. Si bien los supermercados lograron consolidar una tendencia positiva, el mayorista y el conjunto del consumo hogar todavía afrontan el desafío de una demanda condicionada por la inflación y la pérdida de capacidad de compra.