22 junio, 2025 6:11 pm

VECINO DE RÍO GALLEGOS OBTUVO SU PRIMER DNI A LOS 77 AÑOS

Una gestión coordinada entre el Estado provincial y el Centro Integrador Comunitario permitió que Mauricio, nacido en el sur profundo, accediera por primera vez a su identidad legal. Una historia de exclusión revertida con escucha, decisión y articulación institucional.

Mauricio nació hace 77 años en un paraje perdido del interior de Santa Cruz. Nunca lo inscribieron. No tuvo partida de nacimiento, documento, ni cobertura médica. Tampoco pudo acceder a servicios básicos, cobrar jubilación, afiliarse a una obra social ni votar. Vivió con lo mínimo, al margen del sistema. Hasta que un día, la red de cuidado comunitario lo escuchó.

Todo comenzó el pasado 12 de mayo, cuando Ivana Álvarez, directora del CIC Nuestra Señora del Carmen, dio aviso a la Subsecretaría de Gobierno y Asuntos Registrales sobre la situación de Mauricio. El hombre, que vive desde hace décadas con su esposa en el barrio Evita, atravesaba un cuadro médico complejo. Sin identidad legal, no podía recibir atención especializada ni contar con medicamentos regulares.

La gestión no demoró. El 22 de mayo, personal del Registro Civil —entre ellos, la directora Belén Barcia— acudió a su domicilio. Mauricio, retraído al principio, aceptó iniciar los trámites. En pocos días, y en articulación con el Hospital Regional de Río Gallegos, el equipo logró certificar mediante evaluación médica la existencia de Mauricio, condición necesaria para activar la inscripción tardía.

El marco legal fue clave. Gracias a la Ley Nacional N.º 27.611 —que contempla la posibilidad de inscripción de personas mayores sin intervención judicial— se pudo avanzar de forma administrativa, sin judicialización. El 23 de mayo, el médico Javier Sosa completó la verificación clínica y emitió el dictamen correspondiente. Se sumaron además testimonios de vecinos, familiares y datos contextuales que permitieron formalizar el trámite de nacimiento.

El 3 de junio, en un acto íntimo en el Registro Civil, Mauricio colocó su huella por primera vez y completó el registro biométrico. Recibirá en los próximos días su DNI físico. “Algunas veces es solo dar con las personas indicadas”, dijo emocionado al finalizar. Para él, y para los suyos, fue mucho más que un trámite: fue recuperar la existencia legal, el reconocimiento, el acceso al cuidado y la dignidad.

La subsecretaria de Gobierno y Asuntos Registrales, Soledad Boggio, destacó que el caso de Mauricio pone en valor la escucha activa. “La identidad es un derecho humano. Acercarnos a quienes viven en los márgenes y acompañarlos en este proceso es una obligación del Estado”, afirmó.

Desde el Ministerio de Gobierno subrayaron también el trabajo conjunto entre áreas provinciales, instituciones comunitarias y organismos de salud. “La articulación fue impecable. Y el resultado, conmovedor. Es la prueba de que un Estado presente, que escucha y se mueve, puede cambiar una vida”, remarcó la directora Barcia.

La historia de Mauricio no es la única. Existen en todo el país adultos mayores —sobre todo en regiones rurales o de baja densidad— que jamás fueron inscriptos, y por lo tanto, no existen para el Estado. Muchos atraviesan la vejez sin acceso a derechos elementales. Este caso, que conmovió a Río Gallegos, puede abrir el camino para nuevos relevamientos y acciones destinadas a garantizar el derecho a la identidad en todo el territorio santacruceño.

Para Mauricio, la espera terminó. Después de más de siete décadas en la sombra, su nombre figura ahora en el registro nacional. Tiene número, documento, existencia legal. Lo que parecía imposible, se volvió realidad. Y lo hizo de la mano de un puñado de personas que, más allá del expediente, vieron a un ser humano.

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