Massa y Máximo Kirchner sellan unidad mientras Kicillof exige su lugar
El Partido Justicialista bonaerense entra en la recta final del armado electoral para las citas claves de 2025: las PASO del 7 de septiembre y las generales del 26 de octubre. En el centro del tablero político, Sergio Massa y Máximo Kirchner avanzan con paso firme en la conformación del frente común, mientras Axel Kicillof presiona por condiciones propias de negociación.
Desde la sede de Matheu 130, Massa y Máximo Kirchner consolidan una alianza cuyo impulso se sostenía desde 2019, fecha en que ambos convergieron para enfrentar a Mauricio Macri. Ahora, tras la reciente condena con prisión domiciliaria de Cristina Kirchner —que volvió a centrar la atención mediática sobre el PJ—, aceleran la constitución de una junta electoral única que validará candidaturas para los comicios provinciales y nacionales.
En un gesto de confianza compartida, ambos dirigentes designaron a sus apoderados: Facundo Tignanelli y Gerónimo Ustarroz junto a Patricia García Blanco por el PJ, y Rubén Eslaiman con Sofía Vanelli por el Frente Renovador, para estructurar los aspectos formales del frente que, se comenta, se llamaría simplemente “Peronismo”.
La mesa chica del PJ avanza sin Kicillof, quien, según fuentes del gobernador, se enteró del movimiento vía medios. Kicillof, con el respaldo de unos 40 intendentes del Movimiento Derecho al Futuro (MDF) —creado oficialmente el 31 de mayo pasado para competir internamente dentro del peronismo— ha reclamado su incorporación a lo acordado con Cristina el 5 de junio, la “mesa de diálogo” que incluiría a emisarios del massismo y el kirchnerismo .
El MDF, a través de esa red de intendentes, busca asegurarse participación en el armado de listas para los Concejos Deliberantes y la Legislatura provincial. En ese sentido, los interlocutores de Kicillof reclaman una discusión clara sobre reglas de financiamiento, metodología de selección de candidatos y composición del frente .
Tensión creciente entre pax y autonomía. El kirchnerismo observa con recelo la posibilidad de fractura interna. Sectores como Patria Grande han advertido que la alianza se trata de “coqueteo que empezó hace seis años” y remarcan críticas por la gestión económica de Massa, acusándolo de justificar su desempeño en la pandemia, la guerra en Ucrania y la sequía .
Por su parte, Kicillof, consultado sobre la posibilidad de indultar a Cristina Kirchner, se limitó a calificar su condena como un fallo “injusto” dictado por el “partido judicial”, pero eludió plantear el indulto como parte de su plataforma, marcando distancia respecto de la exigencia de La Cámpora.
Próximos pasos y plazos perentorios
Esta semana, se espera una cumbre entre emisarios del kirchnerismo, massismo y kicillofismo para acordar reglas comunes antes del plazo del 9 de julio, fecha límite para presentar formalmente las alianzas.
El 19 de julio vence el plazo para inscripción de candidatos.
Massa ya anticipó que, en caso de que no se concrete un acuerdo de unidad, su espacio irá por una “tercera vía” con listas propias en las ocho secciones electorales.
¿Unidad estratégica o pulso faccioso?
La apuesta a una alianza bautizada “Peronismo” reúne un fuerte componente simbólico: quiere transmitir fortaleza frente al avance de libertarios como Milei y modular una oferta electoral sólida en 2025. Massa busca capitalizar su experiencia como ministro de Economía y vocal líder dentro de Unión por la Patria , mientras Máximo Kirchner refuerza el liderazgo político del PJ bonaerense.
Sin embargo, Kicillof no puede quedar relegado: su base territorial y su nuevo sello, MDF, le brindan experiencia y estructura; su exclusión podría derivar en rupturas que debiliten el frente. Para evitarlo, será crucial que todas las fuerzas acuerden reglas claras de juego.
Que el frente avance con éxito dependerá de dos factores clave:
1. que Massa, Máximo y Kicillof logren sentarse en una misma mesa antes del 9 de julio, y
2. que acuerden no sólo instancias formales, sino también acuerdos prácticos sobre representación en listas, financiamiento y mensaje político unificado.
De fracaso en fracaso, el PJ corre el riesgo de dividirse antes de enfrentar a Milei, profundizando su debilidad. Pero si logran sortear esta coyuntura, habrán rearmado un peronismo renovado, estratégico y competitivo. El desafío está planteado y el tiempo apremia.
En síntesis
Massa y Máximo Kirchner avanzan juntos con diseño de frente electoral unificado bajo el nombre “Peronismo”.
Kicillof negocia su participación a través del MDF, respaldado por intendentes.
Faltan reglas claras para listas, financiamiento y metodología.
Plazos clave: 9 de julio (alianzas) y 19 de julio (candidaturas).
Si no se unen, Massa amenaza con competir por su cuenta.
El reloj electoral acelera su marcha. El PJ bonaerense se juega su solidez interna para poder proyectarse con fuerza hacia 2025.