16 julio, 2025 6:20 am

COMIENZA EL JUICIO POR MILLARAY

La justicia oral busca cerrar un proceso que expone fallas en detección de abuso infantil, tras el sufrimiento silenciado de una adolescente.

Este miércoles 25 de junio de 2025, en la Cámara Criminal de Caleta Olivia, se inicia el juicio contra G.E.D., hoy de 25 años, acusado de abuso sexual agravado con acceso carnal contra la adolescente Millaray Cattani. La joven, de apenas 15 años, se quitó la vida el 14 de abril de 2021 en Puerto Deseado, Santa Cruz, tras un largo silencio que se reveló en las páginas de su diario íntimo. Este caso – que sacudió a toda la provincia – combina hechos inimaginables con la urgente necesidad de reformar protocolos frente a abusos en menores.

EL HORROR SILENCIADO EN LAS PÁGINAS DE SU DIARIO

Según declaraciones que hoy forman parte de la causa, en enero de 2020, Millaray escribió en su diario:

“La verdad intento no pensar en él, pero no puedo. Me duele tanto lo que me hizo”.

Esa confesión íntima y desgarradora dirigió la investigación hacia un joven – hermano mayor de una compañera – que la habría agredido cuando ella tenía apenas 13 años. Fue esa anotación, junto a declaraciones de amigos que confirmaron el abuso, lo que permitió a la familia radicar la denuncia correspondiente.

INVESTIGACIÓN SIN PRECEDENTES EN SANTA CRUZ

Entre las primeras medidas judiciales solicitadas por la querella, se realizó una autopsia psicológica, mecanismo pionero en la provincia, para reconstruir el estado emocional de Millaray en el momento de su muerte. El estudio incluyó el análisis de sus cuadernos, diarios y dispositivos electrónicos, buscando hallazgos que completaran el relato del abuso y la secuela emocional hasta su suicidio.

EL JUICIO QUE ESPERA UN BALANCE SOCIAL

El acusado – identificado por sus iniciales G.E.D. – enfrenta una pena de entre 6 y 15 años de prisión, según el artículo 119 del Código Penal. La causa, en manos del juez Oldemar Villa y del fiscal Ariel Quinteros, pone en foco no solo la culpabilidad individual, sino también las fallas estructurales en la detección y prevención de abusos.

La familia, representada legalmente por Cristian Fernández y Rocío Marsicano, y encabezada en su reclamo por la hermana de Millaray, Ayelén, exigió una sentencia que “no permita que otra niña sufra lo que le pasó a Milla” y que siente un precedente para todos los casos de violencia de género.

EL DUELO QUE DEJA UNA COMUNIDAD

En los días previos al juicio, la comunidad de Puerto Deseado organizó vigilias con velas y momentos de silencio, llevando a las calles su pedido de justicia y memoria. TN destaca que la hermana sostuvo:

“Mi hermana murió con ese dolor, por eso queremos que sea la máxima condena”.

Según testigos, el acusado continuó hostigando a Millaray “más de una vez”, lo que reforzaría un patrón de conducta gravemente destructivo.

EN DEFENSA DE UN LEGADO PARA MILLARAY

En apenas unas horas, el tribunal comenzará con testimonios y peritajes clave: desde las voces de amigos que confirmaron el abuso, hasta los expertos que evaluaron el estado emocional de Millaray. La madre, el padre y la hermana esperan que este juicio sirva no solo para condenar sino para prevenir: “No queremos que otra nena pase por esto”.

Cronología del caso:

2019: Millaray, de 13 años, sufre los abusos.

Enero 2020: escribe su diario, señalando a G.E.D.

14 de abril de 2021: se suicida sin dejar carta.

Abril–junio 2021: la familia encuentra su diario, reúne testimonios y denuncia.

2021–2025: investigación, autopsia psicológica, imputación.

25 de junio de 2025: comienza el juicio oral en Caleta Olivia.

HACIA UNA JUSTICIA CON PERSPECTIVA

Este juicio no solo examina un caso particular de abuso: abre la puerta a una discusión urgente sobre la protección de menores, la necesidad de detectar señales de violencia y la implementación de protocolos eficaces en escuelas y organismos. También interroga el impacto devastador de los silencios forzados por miedo o incomprensión.

La historia de Millaray, plasmada en su diario, exige una respuesta colectiva. Es también una advertencia: mientras el tribunal escuche a las expertas y testigos, la sociedad argentina observa y reclama transformaciones profundas para que ningún otro dolor anónimo termine así.

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