Analistas advierten sobre una creciente búsqueda de protección cambiaria y el BCRA profundiza su intervención en futuros.
La preocupación por posibles saltos del tipo de cambio llevó a una suba de la actividad en el mercado de dólar futuro: la cotización para diciembre llegó a operar cerca de los $1.355, impulsada por una mayor demanda de cobertura. Este fenómeno se evidencia en la cantidad de contratos y posiciones vendidas en el mercado, donde agentes económicos buscan resguardar sus inversiones frente a la expectativa de devaluación.
Según operadores, el Banco Central (BCRA) registró una posición neta vendida cercana a los 2.000 millones de dólares en futuros al cierre de mayo, desplegando recursos para disciplinar el tipo de cambio . El objetivo: contener presiones alcistas en un contexto político-electoral complejo, con miras a las elecciones de octubre.
El ritmo de negociación es notable. Por ejemplo, el interés abierto entre mayo y julio supera el millón de contratos, evidenciando una fuerte tendencia hacia la cobertura . Las tasas implícitas rondan el 40 % TEA para los contratos más cortos, mientras que para diciembre se espera que el dólar oficial avance hasta el entorno de los $1.333, según estimaciones del mercado.
El volumen creciendo va en paralelo con el temor a un dólar más débil a nivel global, como indicador de creciente demanda de protección similar en otros mercados . En Argentina, esa carrera por cobertura se convierte en señal de desconfianza sobre la estabilidad monetaria futura.
INTERVENCIÓN Y EXPECTATIVAS
El rol del BCRA ha sido protagonista en este escenario. Mediante ventas contestatarias de futuros, buscó frenar la suba de la cotización implícita, incentivando a inversores y empresas a liberar posiciones en la expectativa de un dólar controlado.
Analistas de TSA Bursátil, como Lisandro Meroi, consideran que los agentes esperan que el dólar se ubique cerca del centro de la banda cambiaria, lejos de extremos, aunque con elevada amplitud —hasta 60 %— especialmente en el semestre previo a las elecciones presidenciales.
IMPACTOS EN EL MERCADO
La suba de coberturas implica mayor demanda de activos dolarizados y bonos atados al tipo de cambio. Se trata de una estrategia casi sin riesgo frente a futuras devaluaciones, con tasas atractivas.
Por su parte, la curva de dólar linked mostró un repunte abrupto, reflejo de la urgencia de cobertura ante posibles distorsiones fuertes del tipo de cambio.
EDITORIAL: LA PLUMA AGUDA DE LA INCERTIDUMBRE CAMBIARIA
La estrategia del BCRA busca anclar expectativas, pero también revela grietas en la confianza del sistema. Invierte casi 2.000 millones de dólares para mantener el dólar futuro bajo control, un esfuerzo que se intensifica en un contexto de elecciones y nuevos desafíos fiscales y monetarios.
Los operadores anticipan devaluación, y los recursos invertidos en coberturas crecen. En este escenario, la gran pregunta es si el Estado podrá sostener el esquema sin sacrificar reservas ni sobrecargar la hoja de balance. Si persiste la incertidumbre electoral, los contratos futuros subirán, y el BCRA volverá a intervenir. Pero cada intervención erosiona reservas y vulnera una eventual recomposición del tipo de cambio real.
Por otra parte, la estrategia de cobertura debe mirarse con cautela: si bien protege a inversores, puede agravar la dolarización financiera y erosionar los incentivos para la inversión en pesos.
EN PERSPECTIVA
Cobertura creciente: la demanda de futuros supera ampliamente los niveles habituales, impulsada por la expectativa de devaluación y tasas internas atractivas.
Fuerte presencia del BCRA: la intervención por casi US$ 2.000 millones apunta a desacelerar al dólar futuro, pero supone presión sobre las reservas.
Contexto electoral en noviembre: las elecciones presionan expectativas y aumentan la amplitud de la banda cambiaria.
Riesgos futuros: el esquema puede resultar insostenible si las reservas se siguen agotando o si la inflación acelera.
Este fenómeno, que combina estrategia financiera y política monetaria, promete mantener el dólar futuro en el centro del debate económico durante lo que resta del año. La evolución del escenario dependerá no solo de decisiones del BCRA, sino también de cambios en la confianza del mercado hacia el rumbo de la economía argentina.