Tras ratificarse la suba de retenciones al 33 % en soja y derivados, el agro anticipa una drástica paralización de liquidaciones de divisas.
El sector agropecuario expresó con claridad su preocupación por el retorno de las retenciones a niveles previos al 1° de julio. El directivo de la Sociedad Rural, Andrés Costamagna, aseguró que los productores “se van a quedar secos hasta noviembre”, señalando que concentrarán sus ventas de dólares solo en los primeros meses del año, acusando falta de previsibilidad fiscal.
Desde el Gobierno nacional, el presidente Javier Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo, confirmaron que la alícuota volverá al 33 % para la soja y al 31 % para los derivados, argumentando que una reducción prolongada impactaría negativamente en el déficit fiscal.
¿Qué reclama el campo?
Entidades como la Sociedad Rural, CARBAP, FAA, CRA y Coninagro reclaman no solo la extensión o anulación de las retenciones, sino también una mesa de diálogo para diseñar una política agroexportadora sostenible. CARBAP instó al Gobierno “a honrar los compromisos asumidos durante la campaña electoral” y elaborar un camino claro hacia la eliminación definitiva de este impuesto.
Impacto económico inmediato
Según datos de CIARA–CEC, entre enero y mayo ingresaron USD 11.713 millones por exportaciones agrícolas, un 29,5 % más que en el mismo periodo de 2024, impulsados por la baja temporal de impuestos . Sin embargo, el campo ya habría “hecho su colchón” financiero y ahora prevé retener ventas: se anticipan pérdidas mensuales de entre USD 2.000 millones de divisas para el Estado entre julio y septiembre.
Entre la política y la protesta
La tensión se suma al contexto político. En Buenos Aires, productores del norte bonaerense advirtieron con una posible movilización si la medida se implementa sin negociaciones previas . Además, dirigentes como Eduardo Buzzi (FAA) alertaron que la actual situación puede llevar a la desaparición de pequeños productores y debilitar al sector en su conjunto.
Voces oficiales y contra-argumentos
El vocero presidencial Manuel Adorni no descartó una extensión parcial de la baja temporal, como sucedió con el trigo y la cebada . Por su parte, Caputo aduce que la reducción sostenida de retenciones exigiría un superávit fiscal cercano a los USD 8.000 millones, cifra inalcanzable en el corto plazo.
Sin embargo, las entidades rurales sostienen que las actuales condiciones macro permiten evaluar medidas definitivas, y anticipan mayores inversiones si se llega a un acuerdo claro.
El creciente conflicto entre el campo y el Gobierno pone en evidencia los límites del plan fiscal de Milei. La confirmación del regreso de las retenciones abre un escenario de escasez de liquidaciones, protestas rurales y presión política. El campo reclama previsibilidad y diálogo; el Ejecutivo apuesta a un equilibrio fiscal que, según el agro, podría estar sacrificando su dinamismo exportador.