Tenía 18 años y era una de las promesas del club. La justicia investiga posible mala praxis médica. El dolor sacude al fútbol argentino.
El fútbol argentino amaneció con una noticia que nadie quería escuchar. Camilo Nuin, mediocampista de la reserva del Club Atlético San Telmo, murió este miércoles mientras era operado por una lesión ligamentaria en la Clínica Espora de Adrogué. Tenía apenas 18 años y un futuro prometedor. La causa de su fallecimiento, según fuentes judiciales, fue un paro cardiorrespiratorio durante la intervención quirúrgica. La Justicia ya investiga una posible mala praxis y ha ordenado la autopsia del cuerpo.
La intervención había sido programada para las 7:30 de la mañana. Se trataba de una operación relativamente habitual: Nuin se recuperaba de una lesión de meniscos y ligamentos cruzados, y había llegado al quirófano acompañado de su padre. “Estaba bien, entró tranquilo, hizo chistes”, contó su padre en declaraciones televisivas. Sin embargo, a los pocos minutos, los médicos salieron a informar que algo había salido mal. “Tuvo un paro. Estamos intentando reanimarlo”, dijeron. La noticia definitiva llegó después: Camilo había muerto.
El hecho generó conmoción inmediata. San Telmo suspendió todas sus actividades deportivas y declaró duelo institucional. En un comunicado, expresó su “profundo dolor” por la pérdida de un jugador querido por sus compañeros, entrenadores y dirigentes. “Camilo era un chico ejemplar, de gran corazón y un enorme futuro en el fútbol”, dijo Claudio Matles, presidente del club. En sus redes sociales, la Asociación del Fútbol Argentino también envió condolencias a la familia y al club.
Camilo Nuin había iniciado su camino futbolístico en las inferiores de Boca Juniors. Luego pasó por Independiente y en 2022 recaló en San Telmo, donde disputó más de 80 partidos oficiales en Juveniles y Reserva. Jugaba como mediapunta zurdo, con la camiseta número 10. Tenía visión de juego, pegada, carácter y una sonrisa inconfundible que sus compañeros destacaron en las redes sociales. “Era un líder silencioso”, escribió uno de ellos. “Un pibe de oro.”
La Fiscalía de Delitos Culposos de Lomas de Zamora, a cargo de Carlos Patricio Pérsico, tomó intervención en el caso. Ya se ordenó la autopsia, y no se descarta la posibilidad de imputaciones por mala praxis. La familia apuntó directamente contra el anestesista. “Me lo mataron. Mi hijo estaba sano, fue a operarse de la rodilla y salió muerto”, declaró su padre en el noticiero Telenoche. El fiscal evalúa posibles errores en el procedimiento y solicitó los historiales médicos completos.
La muerte de Nuin reabre el debate sobre los protocolos médicos en cirugías deportivas. Aunque las operaciones de ligamentos cruzados son frecuentes en jóvenes deportistas, los controles anestésicos deben ser exhaustivos. “Estamos investigando si hubo un fallo en la administración de la anestesia o en la respuesta ante la emergencia”, indicaron desde la fiscalía.
Mientras tanto, el dolor se multiplica. Desde la noche del miércoles, decenas de personas se acercaron al estadio de San Telmo para dejar flores, camisetas y mensajes escritos. En las redes, el nombre de Camilo fue tendencia. Muchos lo conocieron en la cancha, otros en el barrio de San Antonio de Padua, donde vivía con su familia. “Era el orgullo del barrio”, contaron vecinos.
Apenas unas horas antes de la operación, Camilo había compartido un mensaje esperanzador en su cuenta de Instagram, agradeciendo a quienes lo acompañaron en su recuperación y diciendo que estaba listo para volver más fuerte. Su último posteo, ahora, se ha llenado de mensajes de despedida.
Hoy, el fútbol argentino está de luto. No solo por la pérdida de un jugador talentoso, sino por la pérdida de un hijo, un amigo, un joven con sueños. La cancha de San Telmo, vacía por decisión institucional, se ha convertido en un lugar de homenaje. Allí, sobre el césped, sus compañeros colocaron una camiseta con el número 10, y el silencio reemplazó a los cantos de gol.
La historia de Camilo Nuin termina antes de tiempo. Pero su nombre quedará escrito, no solo en las estadísticas del club, sino en la memoria de quienes lo vieron crecer. La investigación judicial, ahora, tiene la tarea de esclarecer lo ocurrido y, en caso de corresponder, hacer justicia. Porque nadie debería morir al intentar volver a jugar.