Diego Hechenleitner – Mantenimiento DYC
Desde el equipo de mantenimiento queremos expresar nuestra preocupación frente a una situación que se repite en varias escuelas: pese a que las tareas de reparación, reposición e instalación de calefacción se realizan en tiempo y forma, siguen apareciendo denuncias que no se condicen con la realidad.
Hasta última hora seguimos trabajando en cada establecimiento, gestionando repuestos, instalando nuevas calderas y asegurando el correcto funcionamiento de los sistemas. Un ejemplo claro es lo ocurrido recientemente en el gimnasio de una escuela local: se colocó una caldera nueva, quedó en condiciones y, aunque su funcionamiento pleno requiere unos días para alcanzar la temperatura adecuada, todo está operativo.
“No es una casa, esto lleva su tiempo”, explicó uno de nuestros calderistas ante la consulta por la demora en el calentamiento. En dos o tres días, la calefacción se estabiliza, como ocurre técnicamente en este tipo de espacios amplios.
Nuestro compromiso es total. Incluso fuera del horario laboral hemos atendido llamados, inspeccionado instalaciones y verificado que todo esté en marcha. Y así ha sido. En más de una ocasión se nos avisó que “la caldera no prende”, y al llegar comprobamos que estaba funcionando normalmente.
Entonces, la pregunta inevitable es: ¿qué está pasando?
Porque cuando se trabaja, se responde y se soluciona, pero aun así se insiste en que nada funciona, estamos ante algo más que un malentendido. Esto ya se parece a un boicot, y no perjudica a los trabajadores: afecta directamente a los alumnos, a los docentes y a toda la comunidad educativa.
Mercedes Barrionuevo – Directora Regional Zona Norte
Desde la Dirección Regional Zona Norte respaldamos el trabajo diario del personal de mantenimiento, que muchas veces continúa más allá de los horarios establecidos, y respondemos con hechos ante cada reclamo.
Sabemos que las condiciones edilicias requieren seguimiento constante, y por eso estamos comprometidos con una mejora progresiva, sostenida y con vocación de servicio. Pero también entendemos que, cuando se intenta instalar una versión falsa de los hechos, se genera incertidumbre innecesaria en las familias, se frena el proceso de mejora y se pone en duda el trabajo de quienes realmente se esfuerzan todos los días.
Nuestro objetivo es claro: trabajar en conjunto, con responsabilidad y compromiso, para que las escuelas estén en condiciones. No buscamos confrontar, pero tampoco vamos a callarnos frente a intentos de desacreditar el esfuerzo real.
Las puertas están abiertas. La voluntad de trabajo está. Lo que falta es que se respete la verdad.