29 julio, 2025 7:40 am

UN JUBILADO MURIÓ TRAS ENFRENTARSE A TIROS CON LA POLICÍA LUEGO DE AMENAZAR A SU INQUILINO

Un violento episodio conmocionó a la localidad bonaerense de González Catán cuando un hombre de 79 años murió tras tirotearse con efectivos policiales que intentaban cumplir una orden de allanamiento. El hecho se produjo luego de que el sujeto, identificado como David Ramón Bernal, amenazara con un arma de fuego y disparara al piso para intimidar a su inquilino en medio de un conflicto por cuestiones habitacionales.

La secuencia quedó registrada en un video filmado por la propia víctima, quien decidió documentar el momento al sentirse amenazado. En las imágenes se observa al agresor insultando y acusando al joven de mantener el lugar en mal estado, mientras lo echaba del inmueble. En un momento de máxima tensión, Bernal preguntó: “¿Querés que te tire?”, y acto seguido efectuó un disparo intimidatorio contra el suelo, obligando al inquilino a huir del lugar y realizar la denuncia correspondiente.

Con intervención del Juzgado de Garantías Nº3 de La Matanza, se ordenó un allanamiento en la vivienda de Bernal, ubicada en la calle Tomás Valle al 5400. Al llegar al lugar, personal del Grupo de Apoyo Departamental (GAD) fue recibido a los tiros por el jubilado, quien empuñaba un revólver calibre .357 Magnum, sin numeración visible. En el intercambio, una de las balas impactó en el pecho de un oficial, cuyo chaleco antibalas evitó consecuencias fatales.

Ante el nivel de agresividad y la amenaza directa contra los efectivos, uno de los uniformados respondió al ataque, disparando contra el agresor, que resultó abatido en el lugar. Los peritos confirmaron que el arma utilizada por Bernal tenía dos municiones intactas y cuatro servidas. También se halló el proyectil deformado en el chaleco del oficial herido.

La investigación quedó a cargo del fiscal Adrián Arribas, titular de la UFI Temática de Homicidios de La Matanza, quien resolvió no tomar medidas judiciales contra los agentes intervinientes al considerar la gravedad de los hechos y la legítima defensa ante una situación de riesgo extremo.

El cuerpo del agresor presentaba dos heridas compatibles con orificios de entrada y salida a la altura del pecho, y aún sostenía el arma en su mano al momento de ser examinado por personal forense.

El caso generó fuerte preocupación en la comunidad y reabrió el debate sobre el acceso a armas de fuego por parte de civiles, especialmente en personas mayores, así como los mecanismos de prevención frente a situaciones de violencia doméstica o conflictos de convivencia que escalan de forma abrupta.

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