Párroco de la única iglesia católica en la Franja, mantenía comunicación diaria con el papa Francisco y sobrevivió a un bombardeo que derribó parte del templo y dejó muertos y heridos.
El sacerdote argentino Gabriel Romanelli, de 55 años, resultó herido de carácter leve este jueves 17 de julio tras un bombardeo israelí que impactó directamente sobre la parroquia de la Sagrada Familia, en el norte de la Franja de Gaza, la única iglesia católica del territorio . El ataque causó la muerte de al menos dos civiles que se refugiaban allí, además de varios heridos.
Romanelli, misionero perteneciente al Instituto del Verbo Encarnado (IVE), es una figura central en Gaza: reside en la región desde 1995, habla árabe con fluidez y ejerce como párroco desde 2019 . Su vínculo con el papa Francisco se convirtió en un símbolo de esperanza y cercanía: durante más de un año y medio, el pontífice lo llamaba casi todas las noches para conocer la situación de los refugiados, tanto cristianos como musulmanes, alojados en la parroquia.
El último contacto, según varias fuentes, tuvo lugar en la noche del Sábado de Gloria, solo días antes del fallecimiento del pontífice, el 21 de abril . En esas videollamadas, Francisco preguntaba por las condiciones de los desplazados: “¿Qué cenaron hoy?”, le preguntaba. La respuesta de Romanelli incluía guiños sencillos, como “alitas de pollo, como ayer” .
El bombardeo que alcanzó la iglesia, perpetrado por las Fuerzas de Defensa israelíes, fue atribuido a un “error” y se encuentra bajo investigación . La explosión ocurrió cerca de la cruz sobre el tejado y destruyó parte de la fachada; en su interior estaban refugiadas entre 400 y 600 personas, según distintas estimaciones.
El impacto de este ataque trasciende lo físico: la comunidad católica de Gaza, reducida a unos pocos centenares, perdiendo a un símbolo espiritual y humano que conectaba a los fieles con el centro de la Iglesia. Tras la noticia, el papa León XIV expresó su “profunda tristeza” y solicitó un alto el fuego inmediato; Italia, a través de Giorgia Meloni, también calificó como “inaceptable” el ataque contra civiles refugiados en un lugar sagrado.
Romanelli fue trasladado al hospital Al‑Ahli (Bautista) y se encuentra estable, con una herida en una pierna . Su historia y su vínculo con Francisco se alzan como símbolo de la lucha por preservar la fe, la dignidad y la esperanza en medio de la devastación. En sus propias palabras: “Vivir en Medio Oriente es una hermosa aventura… difícil por momentos, pero una gracia inmerecida”.
En Gaza, su parroquia es más que un templo: es refugio, escuela, comedor y centro de asistencia. La labor de Romanelli y su comunidad permanece activa pese a la escasez y el asedio: organizan misas, brindan alimentos limitados y mantienen la rutina para sostener el ánimo colectivo, especialmente el de los niños.
Este atentado representa una tragedia adicional para la Franja: un ataque a un lugar de culto no solo destruye un edificio, también hiere la fe y el espíritu de los que encuentran en él su último refugio.