En Buenos Aires, varios candidatos ya ocupan cargos públicos. En Santa Cruz, un funcionario del PAMI se perfila como candidato, y el esquema bonaerense podría repetirse. El discurso anticasta enfrenta su prueba más concreta.
La Libertad Avanza (LLA) consolida su armado político en la provincia de Buenos Aires con una estrategia que contradice abiertamente su narrativa fundacional: incluye en sus listas a funcionarios públicos en funciones. En Santa Cruz, donde aún no se han oficializado candidaturas, un referente provincial del PAMI emerge como figura clave, lo que abre interrogantes sobre si el esquema bonaerense podría replicarse en otras provincias.
FUNCIONARIOS EN CAMPAÑA: EL CASO BUENOS AIRES
El oficialismo cerró sus listas bonaerenses para las elecciones legislativas del 7 de septiembre con un fuerte componente de dirigentes que ya forman parte del aparato estatal. En varias secciones, los candidatos de LLA se desempeñan como jefes regionales del ANSES, responsables del PAMI, asesores en ministerios y familiares de funcionarios designados en el actual gobierno.
La ingeniería estuvo a cargo de Sebastián Pareja, subsecretario de Integración Socio Urbana, quien defendió el armado ante las críticas internas: “Salvo el triángulo de hierro, el resto estamos en un banco de suplentes”, dijo en referencia al núcleo de poder que integran Javier y Karina Milei, y Santiago Caputo (Perfil).
Entre los casos destacados figuran Claudia del Valle (PAMI Suipacha), Claudio Baumgarten (ANSES Tigre) y Rafael de Francesco, padre de un director del PAMI en Hurlingham. En Quilmes, lidera la lista Daniel Rolón, operador local y también funcionario. En la Tercera Sección, Luis Ontiveros, exdocente y actual coordinador territorial, celebró su inclusión: “Vamos a poner toda la carne en el asador para ganar La Matanza, la Tercera y la Provincia”.
Desde la oposición, no tardaron en surgir cuestionamientos. Legisladores radicales y peronistas remarcaron que la incorporación de funcionarios contradice el discurso anticasta del presidente. “Construyen una nueva casta con los mismos métodos que decían combatir”, resumió un dirigente del Frente Renovador.
SANTA CRUZ: EL MODELO PODRÍA EXTENDERSE
En Santa Cruz, la estructura de La Libertad Avanza aún no ha presentado listas oficiales. Sin embargo, todo indica que el esquema bonaerense podría replicarse en el sur. El nombre que aparece con fuerza es el de Jairo Henoch Guzmán, actual gerente operativo del PAMI en la provincia, quien en los últimos meses se ha mostrado como referente activo del espacio libertario.
Guzmán ha encabezado actividades partidarias, participado de entrevistas radiales y difundido el ideario mileísta. “El Estado no puede ahogar al pueblo”, declaró denunciando el peso del empleo público en la economía provincial. También confirmó su intención de ser candidato: “No somos una copia barata de nadie. Estamos dando una batalla cultural”.
Aunque todavía no hay nominaciones formales ni confirmaciones de listas, Guzmán aparece en medios como figura política central. Algunas versiones periodísticas lo vinculan con la incorporación de familiares a cargos públicos —como la designación de su hermanastro en Vialidad Nacional— y lo mencionan en el marco de denuncias internas por presunto uso partidario de recursos del PAMI. Pero nada de esto ha sido judicializado ni confirmado oficialmente, y el armado provincial sigue abierto.
La eventual consolidación de LLA en Santa Cruz dependerá de su capacidad para expandirse sin caer en las mismas lógicas de armado que tantas veces criticó.
DISCURSO VS. PRÁCTICA: UNA TENSIÓN LATENTE
El caso de Buenos Aires ya es concreto: funcionarios públicos son candidatos. En Santa Cruz, el movimiento aún es potencial, pero se inscribe en una forma que tensiona los principios fundacionales del mileísmo. La narrativa anticasta, que le dio identidad a Javier Milei, enfrenta ahora una prueba de coherencia frente a las necesidades reales de armado político y presencia territorial.
Desde el entorno presidencial, la ministra Patricia Bullrich y el propio Milei minimizaron las críticas y apuntaron contra el peronismo por intentar “ensuciar” el cierre de listas. “No dimensionan el monstruo que enfrentamos”, escribió el presidente en sus redes sociales tras el apagón que obligó a extender los plazos electorales.
En paralelo, Karina Milei mantiene el control estricto del armado nacional. Desde su despacho en Casa Rosada, revisa uno por uno los nombres de cada provincia y define quién entra y quién queda afuera. Esa centralización es vista por propios como garantía de orden, pero también como una posible fuente de conflictos con las bases libertarias que piden renovación genuina.
Lo que se prometió como una revolución contra la casta política comienza a parecerse a la política de siempre. En Buenos Aires, el uso de cargos estatales para sostener candidaturas ya es un hecho. En Santa Cruz, aún en construcción, el modelo podría reproducirse si el oficialismo opta por repetir la fórmula.
La tensión entre discurso y práctica no es nueva en la historia argentina. Pero en el caso de La Libertad Avanza, esa contradicción es particularmente sensible: constituye la esencia misma de su identidad. Si no logra resolverla, corre el riesgo de traicionarse a sí misma antes de consolidarse como fuerza nacional.