Durante años, el norte de Santa Cruz fue testigo del abandono sistemático de una gestión que dejó pozos inactivos, pasivos ambientales sin control y trabajadores sin rumbo. Bajo la presidencia de Pablo González, la conducción kirchnerista de YPF profundizó la desinversión en una de las regiones con mayor potencial energético del país, eligiendo mirar hacia otro lado y postergando decisiones clave para el desarrollo.
Esa etapa parece estar llegando a su fin. A partir del 1° de agosto, comenzará un proceso de remediación de pozos abandonados, impulsado por el Gobierno provincial y la empresa estatal YPF. Así lo confirmó el secretario gremial del SIPGER, Carlos Monsalvo, quien destacó que esta nueva etapa contempla el abandono definitivo de pozos inactivos con impacto ambiental, y la puesta en marcha de un plan que generará empleo directo e indirecto en la zona.
Según informaron desde el sindicato, está previsto que hasta seis equipos operativos se incorporen en los próximos años, marcando no solo un avance en términos de control ambiental, sino también una señal clara de reactivación económica para cientos de familias que fueron ignoradas por las gestiones anteriores.
Además, la dirigencia gremial anticipó que se abrirá una mesa de trabajo con Santa María, la nueva operadora del Área Magallanes, con el objetivo de asegurar la continuidad laboral y exigir el cumplimiento de las inversiones comprometidas por contrato. “No vamos a permitir improvisaciones ni negociaciones a espaldas de los trabajadores”, advirtió Monsalvo.
La recuperación energética del norte santacruceño no será sencilla, pero por primera vez en mucho tiempo hay una hoja de ruta clara. El abandono no puede repetirse. Lo que comienza es una etapa donde la decisión política, la planificación técnica y el compromiso gremial se combinan para transformar pasivos ambientales en oportunidades, y desidia en desarrollo.