14 septiembre, 2025 7:32 pm

EL PATRIMONIO KIRCHNERISTA: LA FORTUNA CRECE MIENTRAS LA JUSTICIA INVESTIGA

El reciente informe patrimonial presentado por el diputado nacional Máximo Kirchner ante la Oficina Anticorrupción (OA) vuelve a poner bajo la lupa la fortuna de la familia más poderosa y cuestionada de la política argentina. Con una cifra impactante de 8.311 millones de pesos, el hijo de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner declaró un crecimiento patrimonial del 76% en apenas un año, sin adquirir nuevas propiedades ni aumentar la cantidad de dólares en su haber. ¿Cómo se explica semejante incremento? La respuesta está en el tipo de cambio, la valorización de inmuebles y, sobre todo, en la opacidad de ciertas sociedades familiares.

Un patrimonio que no para de crecer

A diferencia de la mayoría de los argentinos, que luchan mes a mes para ganarle a la inflación, Máximo Kirchner no tiene ese problema. Su riqueza no proviene del trabajo, la industria ni la innovación, sino de la herencia de su padre, Néstor Kirchner, y las sociedades comerciales investigadas por lavado de dinero.

Declaró 27 propiedades —de las cuales sólo dos fueron adquiridas con ingresos propios— por un valor de más de 2.349 millones de pesos, mayoritariamente ubicadas en El Calafate. A eso se suma una tenencia en dólares de 2.905.572 billetes verdes, valuados oficialmente en casi 2.930 millones de pesos.

Nada ha cambiado en su portfolio de bienes: ni nuevos inmuebles ni dólares frescos. Sin embargo, su patrimonio se duplicó. La explicación no está en el esfuerzo, sino en la devaluación del peso y en la sospechosa valorización de las empresas familiares.

Empresas sin actividad real, con crecimiento real

El caso de Los Sauces S.A., inmobiliaria que tuvo como inquilinos a Lázaro Báez y Cristóbal López, resulta emblemático. Con sólo un jardinero como empleado, sin actividad comprobable, la sociedad duplicó su valor de mercado en un año: pasó de 719 a 1.507 millones de pesos. Su hermana, Hotesur S.A., dueña del hotel Alto Calafate, también investigada por lavado, pasó de 405 a 1.086 millones de pesos. Ambas empresas son piezas claves en las causas judiciales que investigan el presunto uso de estas firmas como vehículos para el blanqueo de fondos públicos desviados durante los gobiernos kirchneristas.

La tercera firma, Co.Ma. S.A., apenas vale 93 mil pesos y nunca tuvo actividad: solo es dueña de un terreno baldío. Pero no deja de estar en la nómina de bienes de una familia con una estructura patrimonial que muchos consideran más digna de una corporación opaca que de un grupo político republicano.

Cristina y la amenaza judicial

Mientras tanto, la expresidenta Cristina Kirchner enfrenta un nuevo frente judicial: el Tribunal Oral Federal 2 le ordenó, en el marco de la causa Vialidad, depositar 537 millones de dólares como decomiso por los delitos cometidos. En caso contrario, se procederá a la ejecución de bienes embargados, muchos de los cuales se cruzan con el patrimonio hoy declarado por su hijo. No es casual: en 2016, Cristina cedió la totalidad de su patrimonio a sus hijos, aunque se reservó el usufructo de algunas propiedades.

La causa penal sostiene que gran parte del entramado societario familiar fue diseñado para eludir controles y ocultar el origen ilícito de los fondos. El fiscal Diego Luciani ya presentó un listado de propiedades declaradas por Máximo como parte del “acervo común”, sugiriendo que los bienes del diputado podrían usarse para cubrir la deuda judicial de su madre.

Alicia Kirchner, otra funcionaria millonaria

La senadora y exgobernadora Alicia Kirchner no se queda atrás. Declaró un patrimonio de 123 millones de pesos, casi el triple del año anterior. Su bien más valioso: una casa en Río Gallegos tasada en 70 millones. También posee terrenos fiscales en El Calafate, adquiridos en condiciones que aún hoy generan interrogantes.

¿Y los ingresos?

La suma de los ingresos declarados por Máximo Kirchner en concepto de trabajo, alquileres y rentas fue de apenas 67 millones de pesos. Una cifra que representa menos del 1% de su patrimonio total. Resulta evidente que su fortuna no se explica por su actividad como legislador, sino por un andamiaje heredado que permanece bajo el ojo de la justicia.

La desconexión con la realidad

Mientras el país atraviesa una crisis económica profunda, con millones de argentinos bajo la línea de pobreza y una clase media cada vez más empobrecida, el crecimiento patrimonial del líder de La Cámpora provoca indignación y sospechas. No se trata sólo de números: se trata de la legitimidad de la dirigencia política, de la ejemplaridad que deben tener los representantes del pueblo y de la necesidad de que la justicia llegue, tarde o temprano, con la misma vara para todos.

Porque si hay algo que la Argentina no puede seguir tolerando, es que la riqueza y el poder caminen impunes por la misma vereda, mientras la gran mayoría de los ciudadanos apenas logra llegar a fin de mes.

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