El Calafate atraviesa momentos de conmoción tras un hecho de extrema violencia ocurrido durante la madrugada del Día del Amigo. Matías, un joven de 18 años, fue brutalmente golpeado por un grupo de personas en las inmediaciones de la Plaza Pioneros, a pocas cuadras del boliche Coyote.
Su padre, Luis García, denunció públicamente la gravedad del ataque y solicitó a la Justicia que el caso sea recaratulado como “homicidio en grado de tentativa”. En su testimonio, describió cómo su hijo fue emboscado y agredido por al menos cinco personas, recibiendo múltiples golpes en la cabeza cuando ya estaba en el suelo, sin posibilidad de defenderse.
“Mi hijo tiene marcas de zapatilla en la frente, dientes rotos, el tabique nasal comprometido. Lo patearon incluso cuando estaba indefenso, en un charco de sangre”, relató Luis. La intervención de efectivos policiales fue clave para evitar un desenlace fatal. Matías fue trasladado al hospital, recibió el alta provisoria y luego debió ser internado nuevamente por mareos y secuelas del ataque.
La familia, representada por el abogado penalista Javier Alcantara, impulsa el cambio de carátula judicial: “Esto no fue una pelea. Fue una agresión con intención de matar”, afirmó García. También expresó su malestar por la liberación de los agresores, algunos de ellos mayores de edad, quienes fueron detenidos pero recuperaron la libertad tras fijar domicilio.
Hasta el momento, ningún familiar de los atacantes se comunicó con la familia de Matías para pedir disculpas o expresar algún tipo de arrepentimiento. “No solo lo golpearon con saña, sino que tampoco mostraron el más mínimo gesto de humanidad”, lamentó Luis.
La familia espera que las cámaras de seguridad de las inmediaciones puedan aportar pruebas clave, y denuncian que la plaza donde ocurrió la golpiza carece de iluminación, lo que facilita este tipo de hechos.
“Queremos justicia. Queremos que esto no quede impune y que se actúe con firmeza. No puede pasar como un caso menor. A mi hijo lo quisieron matar”, concluyó Luis.
