27 julio, 2025 8:21 am

TOTAL NEGOCIA LA VENTA DE SUS ACTIVOS PETROLEROS EN VACA MUERTA

YPF, Vista y Tecpetrol presentaron ofertas por más de US$ 1.000 millones por dos áreas clave. La empresa francesa mantendrá operaciones en gas, pero su retiro del shale oil profundiza una tendencia de salida de multinacionales.

La petrolera francesa Total Energies se suma al grupo de compañías internacionales que redefinen su presencia en Vaca Muerta. La firma inició el proceso de venta de sus participaciones en dos bloques clave de shale oil en la cuenca neuquina, y se encuentra en la fase final de análisis de las ofertas recibidas. La operación involucra los bloques La Escalonada y Rincón La Ceniza, por un monto estimado en US$ 1.000 millones, según confirmaron fuentes del sector.

Las propuestas vinculantes fueron presentadas por YPF, Vista Energy y Tecpetrol, tres de los principales operadores del segmento no convencional en la Argentina. El Comité Ejecutivo de TotalEnergies aprobó avanzar con el proceso de desinversión, que se enmarca en una estrategia global de la compañía para reorientar su capital hacia proyectos de gas natural y energías limpias.

Dos áreas con alto potencial

Los bloques que se ofrecen al mercado están localizados en la zona norte de Vaca Muerta, una de las regiones de mayor proyección geológica. TotalEnergies posee el 45 % de participación en ambas áreas, que comparte con Shell (45 %) y la empresa estatal Gas y Petróleo del Neuquén (GyP) (10 %).

A pesar de que no han alcanzado una etapa de desarrollo masivo, las áreas cuentan con estudios sísmicos avanzados y se consideran técnicamente aptas para iniciar producción a escala. La cercanía con concesiones en operación —como Bajada del Palo Oeste y Bandurria— convierte a La Escalonada y Rincón La Ceniza en piezas estratégicas para cualquier operador interesado en consolidar su presencia territorial.

Un patrón que se repite

La salida parcial de TotalEnergies no es un caso aislado. En los últimos dos años, varias compañías extranjeras tomaron decisiones similares. En 2023, Equinor se retiró de tres áreas que compartía con Shell y YPF. En 2024, ExxonMobil vendió todas sus operaciones en Vaca Muerta a un consorcio integrado por YPF y Pluspetrol, por más de US$ 1.700 millones. Este año, Petronas, la petrolera estatal de Malasia, traspasó sus activos a Vista Energy, que desembolsó US$ 1.200 millones.

En todos los casos, las compañías adjudicaron sus decisiones a un “reposicionamiento estratégico”, aunque operadores del sector señalan otros factores: la volatilidad macroeconómica argentina, los cambios frecuentes en las regulaciones y, en algunos casos, conflictos con la estructura impositiva y cambiaria.

El nuevo mapa de actores

Las ventas han derivado en una reconfiguración del mapa energético local. YPF se consolida como el actor dominante, con más del 40 % del total de los pozos no convencionales en operación. Vista Energy, por su parte, se convirtió en el segundo mayor productor de shale oil del país y superó los 118.000 barriles equivalentes diarios. Tecpetrol, en tanto, lidera la producción de gas no convencional a través del yacimiento Fortín de Piedra.

Si se concreta la operación, los nuevos bloques se integrarían a conglomerados que ya operan en regiones contiguas, generando sinergias logísticas, tecnológicas y de infraestructura.

Gas, no petróleo

A diferencia de otros casos, TotalEnergies no abandonará completamente Vaca Muerta. La empresa confirmó que mantendrá sus operaciones en gas natural, en línea con su estrategia global. Actualmente opera el bloque Aguada Pichana Este, y lidera el desarrollo del proyecto Fénix en la Cuenca Austral, desde donde inyecta 10 millones de metros cúbicos diarios.

“El gas es central en nuestro mix futuro. Queremos concentrar esfuerzos allí, junto con las renovables”, señalaron desde la sede central de Total en París. A nivel global, la compañía se propone alcanzar un 50 % de su producción energética en gas para 2030.

Dudas sobre el futuro

Pese a los buenos resultados productivos —Vaca Muerta alcanzó este año los 442.000 barriles diarios, un récord histórico—, el retiro de grandes empresas abre interrogantes sobre la estabilidad a largo plazo del sector. Especialistas advierten que, si bien el marco regulatorio actual es más flexible, persisten factores de riesgo: brecha cambiaria, restricciones a las remesas de utilidades, tensiones laborales y conflictos ambientales en expansión.

Además, la alta concentración de operaciones en manos de un puñado de empresas locales podría comprometer la diversidad de capitales y tecnologías en el desarrollo a largo plazo. “Es un fenómeno de recentralización del subsuelo”, afirmó un analista energético consultado.

En ese marco, la Provincia de Neuquén ha establecido condiciones específicas para avalar futuras transferencias de activos: las compañías compradoras deberán garantizar planes de inversión equivalentes, continuidad de empleo y compromisos ambientales, según establece la resolución 125/2024 del Ministerio de Energía provincial.

La venta que se negocia no solo representa un movimiento de fichas en el tablero corporativo. Es también una señal de los tiempos que corren: una cuenca que crece en producción pero reduce su diversidad de actores. Con cada retirada internacional, el modelo argentino de desarrollo energético se vuelve más local, más concentrado, y, tal vez, más dependiente de sus propios margenes de maniobra.

Habrá que ver si esa autonomía se convierte en fortaleza… o en vulnerabilidad.

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