La expresidenta lanzó duras críticas al Presidente por beneficiar al agro en plena recesión. “No hay plata para los jubilados, pero sí para los que más tienen”, señaló en un acto en Moreno. El Gobierno defiende la medida como un incentivo productivo.
En un nuevo capítulo del enfrentamiento político entre el oficialismo y la oposición, Cristina Fernández de Kirchner criticó duramente al presidente Javier Milei tras el anuncio de una baja permanente de las retenciones a las exportaciones agropecuarias. En un acto realizado en Moreno por el aniversario del fallecimiento de Eva Perón, la exmandataria acusó al jefe de Estado de “gobernar solo para los ricos” y de aplicar un ajuste que excluye a los sectores más vulnerables mientras beneficia a los grandes productores.
“Dicen que no hay plata para los jubilados, los discapacitados, el Garrahan o las universidades. Pero en La Rural, a Milei no le importa el superávit y le regala dinero a uno de los sectores que más tiene en este país”, expresó Kirchner ante una multitud, retomando su perfil político tras meses de bajo perfil público.
La declaración se produjo apenas 24 horas después de que Milei anunciara, durante la apertura de la 137ª Exposición Rural, una significativa reducción de derechos de exportación para productos agrícolas. La medida, considerada por el Gobierno como un paso hacia la “libertad económica del campo”, reavivó el debate sobre la orientación social del modelo económico en curso.
El anuncio en La Rural
El presidente Javier Milei eligió el tradicional escenario de Palermo para formalizar una decisión largamente esperada por el sector agropecuario: la reducción de las retenciones. Las bajas fueron significativas:
Soja: del 33 % al 26 %
Subproductos de soja: del 31 % al 24,5 %
Maíz y sorgo: del 12 % al 9,5 %
Girasol: del 7 %-8 % al 4 %-5,5 %
Carnes vacuna y aviar: del 6,75 % al 5 %
“Las retenciones son una rémora del modelo empobrecedor del Estado presente. Se terminaron. No hay vuelta atrás”, sostuvo Milei en su discurso, ante un público mayoritariamente favorable que lo recibió con aplausos cerrados. Y añadió: “El campo es el motor del país, y vamos a liberar esa fuerza productiva que estuvo maniatada durante décadas”.
El anuncio forma parte del plan de desregulación económica con el que el Presidente intenta consolidar un nuevo pacto con los sectores exportadores. En su primer año de gestión, Milei logró un superávit fiscal primario por primera vez en casi dos décadas, aunque a costa de una profunda recesión y de la licuación de ingresos en vastos sectores de la población.
La crítica kirchnerista
Desde el campo nacional y popular, la reacción no tardó en llegar. Cristina Fernández retomó el centro del escenario político con una intervención que, más allá del tono combativo, apuntó a una denuncia estructural: el modelo económico vigente —sostuvo— implica una redistribución regresiva del ingreso.
“Estamos atravesando un intento de destrucción de lo argentino. Esta política no solo daña a los trabajadores, sino que pone en riesgo la soberanía alimentaria y el desarrollo industrial. Se le quita a los que menos tienen para premiar a los que más ganan”, remarcó la expresidenta.
La exmandataria además vinculó la política del Gobierno con intereses externos. “La verdadera campaña la hacen desde Washington y desde el FMI, no Milei ni Karina”, afirmó, en alusión a la influencia del organismo internacional en la orientación del ajuste fiscal.
Tensión social y electoral
El enfrentamiento ocurre en medio de una situación social crítica. Aunque la inflación descendió del 211 % en 2023 al 15 % interanual actual, según estimaciones del INDEC, la pobreza supera el 54 % y la indigencia afecta a más del 18 % de la población. Los jubilados han sido particularmente golpeados por la suspensión de la fórmula de movilidad y los aumentos discrecionales por decreto.
En este contexto, el alivio tributario al sector agroexportador —que representa uno de los focos de acumulación más importantes del país— es interpretado por buena parte de la oposición como un signo de desigualdad estructural.
“Lo que se está discutiendo no es una alícuota, sino una idea de país. No se puede hablar de equidad fiscal mientras se desmantelan los servicios públicos y se premia a los que más tienen”, opinó el economista Horacio Rovelli en declaraciones radiales.
El respaldo del campo
Desde el otro lado, las entidades agropecuarias celebraron el anuncio. La Sociedad Rural Argentina, Confederaciones Rurales Argentinas y Coninagro emitieron comunicados en los que destacaron la previsibilidad fiscal y la vocación productiva del Gobierno.
“El campo venía soportando una presión impositiva asfixiante. Esta medida permite planificar, invertir y crecer. La clave está en la competitividad, no en el castigo tributario”, sostuvo Nicolás Pino, presidente de la SRA.
En tanto, el ministro de Economía, Federico Sturzenegger, afirmó que la rebaja de retenciones será compensada con el crecimiento de la base exportadora: “No es una pérdida para el Estado, es una inversión en crecimiento”.
Un modelo en disputa
Lo que se juega, en definitiva, es mucho más que una política puntual. El enfrentamiento entre el Gobierno y la oposición condensa una disputa por el modelo de país: libertad económica versus justicia social; achicamiento del Estado versus redistribución del ingreso.
La expresidenta parece decidida a reactivar su liderazgo en el espacio opositor, mientras Milei refuerza su alianza con los sectores concentrados en vísperas de un calendario electoral clave. La puja por las retenciones no solo marca una grieta ideológica, sino también el rumbo estratégico que tomará la Argentina en los próximos años.