2 agosto, 2025 4:21 am

ACAMPE Y PARO POR DESPIDOS EN UNA SUBSIDIARIA DE YPF EN CANNING

Trabajadores de Astra Evangelista S.A. (AESA), empresa subsidiaria de YPF dedicada a servicios energéticos, mantienen un paro total y un acampe permanente en la planta de Canning tras la decisión de despedir a 43 operarios a principios de julio. La protesta se inició luego de que la empresa condicionara las reincorporaciones a una rebaja salarial cercana al 42,5 %.

La reacción gremial fue inmediata: Asamblea de trabajadores ratificó la huelga indefinida y el acampe frente al predio como forma de resistencia ante lo que califican como una presión extorsiva. “Hace 25 días despidieron a 43 compañeros… y ahora nos exigen reducirnos el sueldo para poder reincorporarlos. Es una vergüenza”, declaró el delegado Alfredo Martínez.

Un conflicto en ascenso

Según Martínez, los empleados habían sido reincorporados durante una conciliación obligatoria. Sin embargo, una vez finalizada esa instancia, la empresa ratificó los despidos y planteó la reducción salarial como condición para permitir el retorno de los operarios.

Con más de 75 años de trayectoria en el sector energético y casi 9.000 empleados en toda la Argentina, AESA es un actor clave en áreas como petróleo, minería y energía. Sin embargo, los trabajadores advierten que la empresa no justificó los despidos con criterios operativos claros, ya que mantiene resultados favorables según fuentes gremiales.

Reclamo sin respuestas oficiales

El sindicato presentó pedidos formales ante el Ministerio de Trabajo para que un veedor inspeccione la planta, pero denuncian que hasta ahora no hubo respuesta institucional alguna. La ausencia del Estado alimenta la sospecha de que hay alineamiento con las decisiones empresariales en detrimento de los derechos laborales .

“El sindicato también ofreció formas de mediar y la empresa siempre estuvo con la negativa”, afirmó Martínez, resaltando la absoluta falta de apertura al diálogo patronal.

Escenario de ajuste laboral

El conflicto de AESA se inscribe en un contexto más amplio de ajuste laboral en la provincia de Buenos Aires. En Pilar, otra planta vinculada a YPF también atravesó tensiones similares, mientras que otros sectores como el frigorífico de Mar del Plata o plantas químicas de Zárate enfrentan cierres o recortes masivos de personal .

Además, en la Cuenca Neuquina, el gremio petrolero anunció un paro de 48 horas por junio tras denunciar más de 1.200 despidos y 2.000 trabajadores con tareas reducidas. El impacto en la producción de crudo y gas se prevé significativo .

Balance y consecuencias

El reclamo de los trabajadores de AESA va más allá de la reincorporación: apunta al rechazo de un modelo de empleo condicionado por rebajas salariales drásticas, que desdibuja derechos y precariza el trabajo. El acampe y la medida de fuerza persisten como símbolo del rechazo a métodos que ven como intimidantes.

Por otra parte, la empresa sostiene que su política apunta a “competitividad y eficiencia”, aunque no ha dado explicaciones claras sobre la abrupta estrategia aplicada en Canning.

La crisis laboral en AESA y otras empresas vinculadas a YPF evidencia un horizonte de tensión creciente entre trabajadores y empleadores del sector energético. La exigencia de reducción salarial como condición para reincorporación amplía la polémica y tensa la cohesión sindical. Si el Estado no interviene con celeridad, el conflicto podría profundizarse y representar un caso de diagnóstico para el futuro del empleo en empresas públicas o semipúblicas del rubro energético.

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