Cada 1° de agosto, el norte neuquino se llena de mística y raíces. En Chos Malal, la tradición se hace presente de la mano de Don Sifuentes, un vecino que desde hace 8 años honra a la Pachamama compartiendo caña con ruda a primera hora de la mañana con los trabajadores de la estación de servicio del ACA.
Con gesto simple pero cargado de simbolismo, Don Sifuentes mantiene viva una costumbre ancestral que busca agradecer, purificar y proteger. Un acto que trasciende lo personal y se vuelve comunidad, identidad y memoria.
En tiempos donde las tradiciones se desvanecen, gestos como este se vuelven virales por lo que representan: respeto por la tierra, por el otro y por las creencias que nos conectan con lo profundo.