Una vez más, los pasajeros se ven perjudicados por decisiones operativas que dejan mucho que desear. Este jueves, un vuelo que debía aterrizar en Comodoro Rivadavia fue desviado a Trelew debido a un banco de niebla en la ciudad petrolera.
Lo que podría haberse tratado como una situación excepcional con contención y soluciones, terminó en frustración: la compañía dejó a los pasajeros a su suerte, sin ofrecer traslados ni asistencia para completar su viaje hasta destino.
“No es justo que tengamos que pagar de nuestro bolsillo para llegar a la ciudad por la que compramos el pasaje. Queremos que Aerolíneas se haga cargo”, reclamaron varios usuarios a través de redes sociales.
Situaciones climáticas pueden ocurrir, pero el destrato y la falta de respuestas agravan una experiencia que debería estar respaldada por una empresa estatal que promete conectividad y federalismo.
Porque cuando todo falla, lo mínimo que se espera es respeto.