Un calendario de vencimientos exigente suma cerca de USD 13.500 millones de amortizaciones más USD 6.500 millones entre intereses, déficit de cuenta corriente y compromisos multilaterales. El respaldo del FMI es clave, pero reconstruir reservas y recuperar mercados externos serán determinantes.
El calendario que alarma
Según Oxford Economics, el servicio de deuda en moneda extranjera en la segunda mitad de 2025 será de USD 8.800 millones, y en 2026 escalará a USD 19.700 millones . Ese servicio incluye amortizaciones e intereses, representando cerca del 11 % del PIB.
La cuenta corriente, por su parte, registró un déficit de USD 5.191 millones en el primer trimestre de 2025, con un fuerte desequilibrio en servicios (USD 4.502 millones) e ingreso primario (USD 3.333 millones), apenas compensado por un superávit comercial en bienes.
Desglose del déficit externo
Categoría Monto estimado
Amortización de deuda pública y provincial USD 13.500 millones
Intereses al FMI y otros acreedores oficiales USD 2.500–3.000 millones
Déficit de cuenta corriente y servicios USD 2.500–3.500 millones
Total aproximado USD 20.000 millones
Clarin reporta un servicio de intereses al FMI por USD 2.540 millones en 2026, distribuidos trimestralmente.
El acuerdo con el FMI y sus condiciones
En abril de 2025, Argentina firmó un acuerdo EFF por USD 20.000 millones, con un desembolso inmediato de USD 12.000 millones y un segundo paquete de USD 2.000 millones aprobado tras una primera revisión del programa .
El FMI aprobó esa primera revisión en julio, pese a que el país no alcanzó las metas de acumulación de reservas, reconociendo el cumplimiento de otras condiciones –entre ellas, déficit fiscal reducido, disciplina monetaria y avance hacia un tipo de cambio más flexible.
El organismo reajustó las metas: para fines de 2025, la Reserva Internacional Neta (RIN) objetivo bajó a USD 2.600 millones negativos y se reprogramó la próxima revisión técnica después de las elecciones legislativas de octubre, aunque mantiene una meta firme: reservas netas positivas por USD 22.900 millones en 2027 .
La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, puso énfasis en la necesidad de “mantener el equilibrio fiscal y la disciplina del gasto”, fijando un superávit primario del 1,6 % del PIB en 2025, con proyección de subir a 2,5 % a mediano plazo.
Gobierno y mercados globales: señales enfrentadas
El ministro Luis Caputo ratificó que el país evitará el default pese a la carga financiera, y confió en que una amnistía fiscal impulsará depósitos privados que refuercen las reservas .
Sin embargo, economistas como Martin Guzmán advirtieron: “El riesgo es que los fondos solo financien la depreciación del peso, generando más deuda”.
El fondo PIIE calcula que en los próximos tres años Argentina deberá afrontar más de USD 45.000 millones en deuda externa, incluyendo más de USD 15.000 millones al FMI, mientras el tipo de cambio se vuelve más volátil y la brecha cambiaria limita ventas de dólares por parte del Central.
Claves para evitar una crisis renovada
1. Reconstrucción de reservas: las reservas netas rondan aún los USD 4.700 millones negativos, a pesar del acuerdo EFF. El país deberá comprar entre USD 5.000 y USD 9.500 millones adicionales hacia fin de 2025 solo para cumplir metas.
2. Cumplimiento del programa macroeconómico: el FMI demanda superávit fiscal sostenido, control monetario y reducción del financiamiento del Banco Central.
3. Acceso a mercados internacionales: requiere mantener bajas las primas de riesgo y consolidar señales de previsibilidad fiscal – condición clave para refinanciar junto a los acreedores privados y multilaterales.
4. Riesgo político y electoral: la postergación de la revisión del programa posterior a las elecciones de octubre imprimió incertidumbre sobre su continuidad y legitimidad.
¿Qué viene para 2026?
De cara a 2026, Argentina enfrentará pagos por casi USD 20.000 millones en vencimientos externos, mientras opera un régimen cambiario flotante con bandas, reduciendo controles pero elevando volatilidad.
Si el país cumple el programa, podría acceder nuevamente a los mercados internacionales en 2026. Pero si fracasa en reconstruir reservas o mantener la estabilidad fiscal, dependerá exclusivamente del financiamiento del FMI y otros acreedores oficiales.
Una encrucijada económica
Argentina atraviesa un momento crítico: debe afrontar un volumen de vencimientos que supera ampliamente su capacidad de generación de divisas. El éxito del programa con el FMI es imprescindible, pero no suficiente: el país necesita estabilidad política, disciplina fiscal y confianza del mercado para evitar quedar inmovilizado ante una nueva crisis.