El IPC de la Ciudad trepó al 2,5 % mensual y marcó el nivel más alto desde marzo. Las verduras, carnes y panificados lideraron los aumentos, mientras servicios turísticos y transporte también presionaron al alza. Consultoras prevén un agosto más caliente por el salto del dólar.
La inflación volvió a tomar impulso en julio. En la Ciudad de Buenos Aires, el Índice de Precios al Consumidor (IPCBA) subió un 2,5 % mensual, acelerándose frente al 2,1 % de junio. El dato llevó el acumulado anual al 18,1 % y la variación interanual al 40,9 %. A nivel nacional, estimaciones privadas ubican el alza entre 1,8 % y 1,9 %, aunque con marcadas diferencias entre rubros y regiones.
En el rubro alimentos y bebidas no alcohólicas, la suba fue del 1,8 % en la Ciudad. Las verduras, tubérculos y legumbres registraron un salto del 6,9 %, seguidas por pan y cereales (+1,6 %) y carnes y derivados (+1,2 %). También se encarecieron frutas y bebidas no alcohólicas. En contraposición, lácteos y huevos mostraron retrocesos en algunas mediciones.
Otros sectores aportaron presión inflacionaria. Restaurantes y hoteles aumentaron un 9 %, impulsados por el receso invernal y el turismo interno. Recreación y cultura y Transporte avanzaron un 3,6 %, por el alza en paquetes turísticos, pasajes aéreos y combustibles. Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles sumaron un 2,3 % debido a actualizaciones de alquileres y expensas.
En paralelo, la inflación núcleo —que excluye precios regulados y estacionales— se ubicó en 1,9 %, apenas por debajo del 2,2 % de junio. El rubro indumentaria y calzado fue la excepción, con una baja del 1,6 %.
Las consultoras remarcaron que, hasta fines de julio, el impacto de la suba del dólar fue limitado. Sin embargo, el salto cambiario de los primeros días de agosto ya empieza a reflejarse en los precios. LCG detectó en la primera semana del mes un alza semanal del 2 % en alimentos y bebidas —el mayor registro desde mayo—, con incrementos del 5 % en verduras, 3,9 % en carnes y 3,1 % en panificados y frutas. El ajuste, advierten, podría marcar un piso más alto para la inflación de agosto.
Economistas coinciden en que el traslado a precios será “acotado y heterogéneo”, pero suficiente para frenar la tendencia a la baja que se observaba desde junio. El desafío para las próximas semanas será contener el efecto inercial en un contexto de consumo debilitado y márgenes comerciales estrechos.