14 septiembre, 2025 7:33 pm

EL CIERRE DE LISTAS NACIONALES DEJA AL DESNUDO LA FRAGILIDAD DE LA OPOSICIÓN Y LAS ALIANZAS QUE SÓLO SON DE CAMPAÑA

Desintegración de frentes en tiempo récord, protagonismo político en solitario y una polarización que se reconfigura sobre la marcha

El cierre de listas para las elecciones legislativas nacionales, cuyo plazo venció el último domingo 17 de agosto de 2025, dejó en evidencia una oposición fragmentada, fracturas internas y estrategias de última hora que reescribieron el mapa político con poca anticipación. Mientras que en la Ciudad de Buenos Aires el armado “Ciudadanos Unidos” colapsó, con Elisa Carrió y Graciela Ocaña lanzándose como cabezas visibles del proyecto que finalmente no cuajó, el neurocientífico Facundo Manes resolvió competir por su cuenta; en la provincia de Buenos Aires, Fernando Gray quebró los acuerdos peronistas y armó una lista propia, y en Salta, Sergio “Oso” Leavy dio pasos similares. Estas rupturas, que ocurrieron en los últimos instantes, exhiben, por un lado, la precariedad de los acuerdos políticos y, por otro, la creciente personalización de la política argentina.

Rupturas dramáticas en la Ciudad de Buenos Aires

El frente encabezado por Elisa Carrió (Coalición Cívica) y Graciela Ocaña (Confianza Pública), con el aval de Horacio Rodríguez Larreta, se vino abajo sin estridencias: “Nos toca estar solos… ojalá que si ustedes nos acompañan, después vuelvan todos”, escribió Carrió en X (Twitter), evocando en tono melancólico la implosión del sector.

Ocaña decidió lanzar su candidatura al Senado bajo el sello Ciudadanos Unidos, con el radical Martín Ocampo como compañero de fórmula, mientras que para Diputados integran la lista figuras como Martín Lousteau, Piera Fernández, Gustavo Marangoni y Yesica Barreto.

Paralelamente, Facundo Manes rompió con ese armado y se lanzó en soledad con el sello Para Adelante, respaldado por el GEN de Margarita Stolbizer; su principal candidato a Diputados es Sergio Abrevaya. Es una jugada arriesgada: ganar visibilidad, pero sin estructura partidaria detrás.

El peronismo bonaerense fracturado

En la provincia de Buenos Aires, Fernando Gray, intendente de Esteban Echeverría y férreo opositor a Máximo Kirchner, se despegó de los armados nacionales y propuso su propio frente, Unión Federal, acompañado por María Laura Guazzaroni. Su discurso apunta a diferenciarse tanto del kirchnerismo como de la inédita tercera vía llamada Somos Buenos Aires. “El verdadero peronismo”, escribió en X, en un gesto que deja ver la disputa interna por el alma del justicialismo.

Disensos en el interior

En Salta, el senador Sergio “Oso” Leavy se apartó del PJ provincial, inconforme con la candidatura de Juan Manuel Urtubey al Senado, para lanzar su propia lista. El peronismo salteño, resistente a fisuras, mostró con esta decisión que las negociaciones internas siguen siendo conflictivas hasta último momento.

El sello de la política fragmentada

El escenario que emergió el domingo 17 de agosto no es un simple choque de egos ni desprolijidad táctica: es el reflejo de una política argentina definida por liderazgos personalistas, frentes efímeros y alianzas volátiles. La marca de este momento es la reconfiguración permanente del tablero, sin jerarquía, sin planificación colectiva sólida.

¿Dónde está el peronismo unificado?

Mientras que sectores como Unión Federal intentan distanciarse del kirchnerismo, otros han logrado cerrar consensos bajo el paraguas de Fuerza Patria, que reunió figuras como Juan Grabois, Sergio Massa, sindicalistas y referentes de La Cámpora para conformar algunas listas competitivas. En algunos casos, esa unidad fue el antídoto contra la fragmentación; pero en otros, como los mencionados, la fractura sigue abierta.

La Libertad Avanza: internalismo y protagonismo central

En el frente oficialista, La Libertad Avanza consolidó su aparato electoral. Karina Milei se convirtió en la jefa indiscutida del armado electoral nacional, desplazando a figuras como Mauricio Macri. Eso marca una centralización del poder político en torno al espacio libertario, mientras que en el peronismo se observa una dispersión de figuras y estrategias.

Además, en la provincia de Buenos Aires, el oficialismo selló una alianza con el PRO, aunque sus miembros históricos –como Esteban Bullrich y Ricardo López Murphy– salieron a repudiarlo: “El PRO que fundamos hace más de veinte años… LLA no lo representa”, afirmó Bullrich en X.

Una oposición sin conducción clara

La fractura política no se limita al peronismo: Juntos por el Cambio también se descompuso. La Coalición Cívica ARI de Carrió se retiró del espacio, mientras que otros sectores se fragmentaron en nuevos bloques legislativos, como Convicción Federal, surgido del kirchnerismo en el Senado. Esa dispersión debilita la capacidad de articular una oposición nítida y eficaz.

¿Y en el terreno electoral?

Las elecciones legislativas del 26 de octubre renovarán 127 bancas en Diputados y 24 en el Senado. Estos comicios se desarrollarán sin PASO, una instancia suspendida este año por la reforma impulsada por el oficialismo —lo que reduce las llamadas “primarias abiertas” y obliga a las fuerzas políticas a resolver internas internamente.

En ciudades y provincias clave como Buenos Aires, Córdoba o Santa Fe, el peronismo busca sumar fuerzas con frentes amplios, mientras que en otras jurisdicciones se consolidan estructuras alternativas encabezadas por gobernadores o líderes locales.

Contexto político más amplio

Este escenario electoral se inscribe en un contexto marcado por el triunfo de Javier Milei en 2023, que reconfiguró el sistema político. Su partido emergió con fuerza en la Ciudad de Buenos Aires, desplazando al PRO de Macri y consolidando un liderazgo de derecha nueva. El resultado evidenció una derecha más populista y menos institucional, mientras que sectores tradicionales quedaron rezagados.

Al mismo tiempo, la oposición sigue sin figura unificada. Encuestas recientes indican que más del 40 % de la población no reconoce un líder político claro; figuras como Cristina Kirchner, Kicillof o Massa enfrentan internas y pérdida de adhesión.

Implicancias y desafíos

1. Fragmentación estructural: La política argentina ingresa a octubre sin grandes frentes unificados, sino con múltiples listas que dificultan la construcción de mayorías claras.

2. Personalización del liderazgo: La competencia interna ya no se dirime en estructuras partidarias sólidas, sino en liderazgos individuales que definen sus destinos electorales.

3. Reducción de la democracia interna: La suspensión de las PASO limita la participación ciudadana en la elección de candidaturas. Las decisiones quedan más monopólicas.

4. Riesgo de bajos niveles de coherencia partidaria: En distritos estratégicos, esta fragmentación puede llevar a resultados imprevisibles y a alianzas postelectorales inestables.

5. Refuerzo del oficialismo: Con oposición debilitada y sin figuras unificadoras claras, La Libertad Avanza entra en terreno fértil para consolidarse en octubre y más allá.

El cierre de listas del 17 de agosto de 2025 no fue solo una cuestión técnica: fue un espejo del presente político argentino: desunión, personalismo, improvisación electoral y una oposición en desintegración. Frente a esto, la estrategia libertaria muestra claras líneas de mando y cohesión, reflejando una crisis general de conducción en los sectores opositores. La elección del 26 de octubre no solo definirá bancas: medirá quién es capaz de construir algo más allá del individualismo.

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