27 agosto, 2025 8:17 am

SANTA CRUZ, LA PROVINCIA DONDE VIVIR CUESTA MÁS DE UN MILLÓN

Mientras el Gobierno Nacional celebra una inflación que baja del 2 %, en Santa Cruz el changuito familiar cuesta $769.319 y una familia tipo necesita más de $1,1 millón al mes para no caer en la pobreza. Una de las pocas provincias que logró paritarias docentes y de la administración central que realmente empujan por encima del IPC.

Entrar al supermercado era un ritual de contención para Martín y Laura; hoy es una prueba de resistencia emocional. Una compra semanal que solía rondar los $15.000 ahora trepa casi a $19.000. Esa diferencia, proyectada a un mes, muerde el presupuesto familiar con dureza: la canasta básica no escapa al calendario.

Según el INDEC, durante julio de 2025 una familia tipo (dos adultos y dos menores) necesitó $1.149.353 para no ser considerada pobre (Canasta Básica Total), y $515.405 para no caer en la línea de indigencia (Canasta Básica Alimentaria). Ese número representa una exigencia mensual que muchos hogares santacruceños ya viven.

El changuito más caro del país

Un estudio de Analytica, replicado por Nuevo Día y medios como Ahora Calafate, ubicó a Santa Cruz en el podio nacional del costo de la canasta: $769.319 para llenar el changuito familiar en julio . En el NEA, en cambio, valores como los de Misiones ($691.579) o Chaco ($693.219) marcan una brecha de más de $75.000.

Ese cambio no es casualidad ni margen: es la evidencia tangible de una desigualdad de base, muy por fuera de la marca de inflación. Lejos del relato que pinta una Argentina que “ya no siente la inflación”.

Inflación nacional versus realidad patagónica

Julio fue, según el INDEC, el mes en que la inflación general fue del 1,9 %, con la inflación núcleo rondando apenas el 1,5 %, niveles no vistos desde 2018 . Esa baja fue celebrada como señal de una economía normalizando sus tensiones.

Pero en la Patagonia el escenario es diferente: allí la inflación alcanzó el 2,1 % en julio, superando el promedio nacional . Y aunque bajó la velocidad de aumento, el punto de partida ya estaba fuera de lo presumiblemente accesible.

Paritaria Central: un guiño local en medio de la crisis

En ese contexto, Santa Cruz construyó un contrafuego: un acuerdo salarial en la Paritaria Central que no solo acompaña la inflación, sino que la supera. El gobierno provincial acordó una recuperación acumulada del salario real, estimada en 12 puntos por encima del IPC proyectado para 2025, incluyendo aumentos adicionales del 5 % en julio y 3 % en septiembre . También garantiza pasantías en escalafonamiento e incorporación a planta permanente de los empleados que reúnen condiciones, más una revisión en el último trimestre.

Pero es la paritaria docente la que merece una mención aún más positiva: un acuerdo creciente, con cláusula gatillo automática y recomposición salarial que lleva los aumentos acumulados por encima del 41 %, frente a una inflación estimada del 27 %. Esto implica una mejora real del salario docente, según lo destacó el Consejo Provincial de Educación. Es uno de los acuerdos más completos del país en lo que va del año.

Vale destacar que este modelo sigue vigente hasta diciembre, sin reapertura salarial prevista, pero con seguimiento técnico para garantizar que los haberes se ajusten automáticamente.

Cotidianidad que duele: testimonios reales

Federico, trabajador informal en Caleta Olivia, lo sintetiza: “Con mi sueldo llené el changuito solo una vez este mes; después recurro a harina y productos baratos”. En Río Gallegos, los gremios estatales advierten: “Aunque el sueldo sube, todo lo demás también lo hace, y el poder real de compra se diluye a diario”.

Es una tensión palpable: el relato nacional celebra gráficos y desinflaciones, mientras las balanzas hogareñas marcan rojo.

El relato que se corta: elogios nacionales, realidades locales

Desde Buenos Aires se festeja que la inflación está “controlada”; que los salarios ya no van atrás del costo de vida. Pero esa frase no representa lo que sucede en Santa Cruz. Ahí, el changuito familiar cuesta casi $770.000; la canasta completa exige más de un millón.

El silencio oficial respecto a este desfasaje territorial vuelve el discurso homogeneizador. Quien no vive la realidad patagónica, no escucha su llamado.

Caminos posibles: propuestas reales para corregir la desigualdad

1. Subsidios y ayudas nacionales diferenciadas que reconozcan el costo real del hogar, no el promedio nacional.

2. Reducción urgente de costos logísticos: subsidios a fletes, incentivos a producción local, menor incidencia del transporte en góndolas.

3. Regulación y aumento de competencia: romper monopolios locales, facilitar importaciones o productos alternativos.

4. Transparencia permanente: indicadores provinciales del costo de vida, accesibles y actualizados, que ilustren dónde festeja la inflación y dónde se siente ausente.

En la nueva etapa económica argentina, la inflación baja es un logro, pero no para todos. Santa Cruz lo demuestra sin filtros: el changuito ya cuesta $769.319 y la canasta completa exige más de $1,1 millón.

Aquí, el Estado encontró cierta respuesta local: las paritarias—especialmente la docente—acorralan la pobreza con aumentos reales, automáticos, que marcan una diferencia que se traduce en poder de compra. Pero no alcanza si sigue siendo un privilegio de algunas provincias.

Que la Argentina dispare gráficos a la baja no garantiza alivio. Vivir es caro en Santa Cruz. Y ahí es donde los promedios dejan de servir.

Compartir noticia
WhatsApp
Telegram

Dejá un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio