21 agosto, 2025 10:57 am

EL GOBIERNO NACIONAL CONVOCA AL CONSEJO DE MAYO ANTE UNA PREVISTA BATALLA EN EL CONGRESO

Bajada: En plena ofensiva legislativa tras el Pacto de Mayo, el Ejecutivo lanzó una nueva reunión del Consejo de Mayo en la Casa Rosada. La convocatoria, que reúne al gabinete con referentes provinciales, sindicales y empresariales, busca fortalecer el respaldo interno ante un Congreso cada vez más hostil y una oposición unida que ha dado ya duras derrotas al gobierno.

El gobierno nacional volvió a reunir al Consejo de Mayo en la Casa Rosada, en un encuentro que contó con la presencia del jefe de Gabinete, Guillermo Francos; el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger; el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo; la senadora Carolina Losada; el diputado Cristian Ritondo; el sindicalista Gerardo Martínez (UOCRA); y el presidente de la UIA, Martín Rapallini. La reunión, realizada el 20 de agosto de 2025, se produce en la antesala de lo que el oficialismo anticipa como “una durísima batalla en el Congreso”, donde se debatirán proyectos centrales de la agenda presidencial.

El Consejo de Mayo fue creado por decreto en 2024 como un órgano consultivo para implementar el Pacto de Mayo, firmado el 9 de julio de ese año en Tucumán por el presidente y 19 gobernadores. El acuerdo estableció diez ejes de reformas estructurales en materia laboral, tributaria, de modernización del Estado y federalismo fiscal. Sin embargo, el organismo tardó meses en constituirse y recién en junio de 2025 comenzó a funcionar de manera formal con la designación de sus seis consejeros. Su primera sesión, celebrada el 24 de junio, fijó metodología y calendario de trabajo, aunque sin abordar en concreto ningún proyecto.

La convocatoria actual busca avanzar en consensos que den sustento político y social a iniciativas que enfrentan un Congreso dividido y crecientemente hostil. El Ejecutivo ya sufrió duros reveses: en abril, el Senado rechazó las designaciones de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla para la Corte Suprema, en un golpe político de alto impacto. En julio, los 24 gobernadores cuestionaron el plan de ajuste fiscal del gobierno y aprobaron leyes que incrementan el gasto, desafiando los pilares económicos de la gestión Milei.

El Consejo de Mayo aparece entonces como una herramienta para construir respaldo más allá del Congreso. Su particularidad es reunir a sectores diversos: gobierno, empresarios, sindicalistas y dirigentes legislativos y provinciales. La apuesta oficial es que este espacio permita tejer acuerdos mínimos en torno a reformas claves. Gerardo Martínez, de la UOCRA, señaló tras la primera reunión que cualquier reforma laboral debe ser discutida con la CGT y sin limitar las paritarias, dejando en claro los límites de la negociación.

La estrategia se enmarca también en la disputa política más amplia. En mayo, La Libertad Avanza desplazó al PRO de la Ciudad de Buenos Aires, bastión histórico de Mauricio Macri, en una elección que reconfiguró la derecha argentina. Milei emergió fortalecido frente a sus rivales internos, pero aislado en un Congreso donde el peronismo y aliados mantienen capacidad de bloqueo. Este aislamiento explica la necesidad de generar foros paralelos de legitimación.

El Consejo de Mayo funciona, en los hechos, como un “tapón institucional” que busca contener la presión legislativa y mostrar voluntad de diálogo. Sin embargo, su eficacia dependerá de que logre traducir ese diálogo en resultados concretos. El riesgo es que quede reducido a un gesto simbólico, percibido como operación de maquillaje político.

El escenario inmediato plantea oportunidades y riesgos. Entre las primeras, se encuentra la posibilidad de generar legitimidad multisectorial, avanzar hacia proyectos consensuados y contrarrestar las derrotas legislativas. Entre los segundos, sobresale el peligro de que la oposición se consolide en el Congreso, de que los actores sectoriales se retiren o de que el Consejo no produzca propuestas tangibles.

Los analistas coinciden en que el oficialismo necesita, cuanto antes, mostrar que este espacio genera resultados. Con las elecciones legislativas de octubre en el horizonte, Milei busca exhibir capacidad de gestión y respaldo político. La ausencia del kirchnerismo y gran parte de la oposición, sin embargo, limita cualquier posibilidad de verdadera concertación nacional.

En síntesis, la nueva reunión del Consejo de Mayo representa una apuesta estratégica para enfrentar un Congreso adverso y sostener la iniciativa reformista. Será exitoso en la medida en que logre transformar la retórica en acuerdos legislativos viables. De lo contrario, quedará como un escenario de discursos sin efectos reales, mientras la oposición se prepara para librar en el Parlamento la verdadera batalla que definirá el rumbo del país.

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