En julio de 2025, los precios mayoristas en Argentina aumentaron un 2,8%, superando en casi un punto porcentual a la inflación minorista. El salto se explicó tanto por el encarecimiento de los productos nacionales como por un fuerte avance en los importados, con impactos destacables en diversos rubros productivos.
En julio de 2025, el Índice de Precios Internos al por Mayor (IPIM), que mide la evolución de los costos a los que productores e importadores venden dentro del mercado interno, registró una suba del 2,8% respecto de junio. Esta variación es notablemente más elevada que la inflación minorista del mismo mes, que fue del 1,9%, según datos del INDEC.
El aumento del 2,8 % obedeció a una escalada tanto de los bienes de origen nacional, que subieron un 2,6%, como de los productos importados, cuyo encarecimiento alcanzó el 5,7 %. En otras palabras, el impacto del tipo de cambio y los costos importados tuvo una repercusión inmediata en los precios mayoristas.
El aporte de distintas actividades a la suba del indicador mayorista fue significativo: los productos agropecuarios explicaron 0,46 puntos porcentuales, mientras que sustancias y productos químicos y derivados del petróleo contribuyeron ambos con 0,42 puntos; también pesaron los vehículos automotores, carrocerías y repuestos (0,26 puntos) y, aunque en menor medida, alimentos y bebidas (0,14 puntos).
Otros índices relacionados también mostraron aumentos en julio: el Índice de Precios Internos Básicos al por Mayor (IPIB), que excluye el efecto impositivo, trepó un 3,0%, con una suba de 2,8% en los bienes nacionales y de 5,8% en los importados. Por su parte, el Índice de Precios Básicos del Productor (IPP) —que refleja precios percibidos por productores locales, incluyendo exportaciones, y sin considerar importaciones— creció un 3,0%, impulsado por productos primarios (2,9%) y manufacturados con energía eléctrica (3,0%).
En cuanto al comportamiento acumulado, en lo que va del año (enero–julio), el IPIM acumula un alza del 12,3 %, mientras que en términos interanuales el incremento alcanza los 20,9%. Estas cifras se sitúan por debajo de la inflación minorista acumulada (17,3% en el año) e interanual (36,6%).
La diferencia entre la inflación mayorista y la minorista refleja las distintas composiciones y tiempos de reacción de cada índice. Mientras el IPIM está compuesto exclusivamente por bienes y suele reflejar el efecto cambiario casi de inmediato, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) incluye también servicios y puede reaccionar con mayor retraso, especialmente en un contexto de demanda retraída o competencia de importaciones.
Especialistas como Claudio Caprarulo (Analytica) señalaron que en precios básicos la inflación se duplicó, pasando de 1,5% a 3%, y advirtieron sobre el fuerte impacto de los bienes importados, que replicaron una disparada cercana al 7% del dólar mayorista entre mediados de junio y julio . Asimismo, desde C&T Asesores Económicos se destacó que, pese al impacto, los importados subieron moderadamente en el acumulado interanual (6%) y anual (11%) del año .
La desaceleración en alza de los precios mayoristas nacionales de alimentos y bebidas (1,1%) —la menor desde junio de 2020— también fue resaltada por analistas, ya que este rubro tiene un alto peso en la inflación minorista. Según María Castiglioni Cotter, esto podría contribuir a un menor traspaso a los precios al consumidor.
En síntesis, el mes de julio mostró una aceleración clara en los precios mayoristas, con un aumento general del 2,8%, impulsado por aumentos tanto en productos nacionales como importados. Si bien la inflación minorista siguió en alza, su ritmo fue más lento (1,9%), lo que apunta a un desfase temporal en el eventual traspaso de costos mayoristas al consumidor final.