La pasión del fútbol se transformó en una noche de horror. El estadio Libertadores de América, en Avellaneda, fue testigo de una jornada de barbarie y violencia que tiñó de sangre un encuentro entre Independiente y la U. de Chile.
La pasión del fútbol se transformó en una noche de horror. El estadio Libertadores de América, en Avellaneda, fue testigo de una jornada de barbarie y violencia que tiñó de sangre un encuentro entre Independiente y la U. de Chile.