14 septiembre, 2025 10:44 pm

PALERMO AIKE: ¿LA NUEVA VACA MUERTA EN EL SUR?

La exploración de hidrocarburos no convencionales en Santa Cruz inicia en septiembre una etapa decisiva con tres nuevas perforaciones. El proyecto despierta enormes expectativas: promete empleo, inversiones y un horizonte de desarrollo inédito para la provincia. Trabajo conjunto de empresarios y SIPGER para avanzar.

La formación de Palermo Aike, ubicada en la Cuenca Austral de Santa Cruz, se perfila como uno de los desarrollos energéticos más prometedores del país. A partir del 1° de septiembre, YPF pondrá en marcha una nueva campaña exploratoria con tres perforaciones en las áreas Campamento Este y La Azucena, respaldada por una inversión estimada entre 120 y 150 millones de dólares. El gobernador Claudio Vidal lo definió como “un punto de inflexión” para la matriz productiva provincial, y comparó el desafío con el que enfrentó Neuquén en los inicios de Vaca Muerta.

El avance no se explica únicamente por la decisión empresarial: detrás hubo un delicado equilibrio político y social. El gobierno de Santa Cruz, con el gobernador Claudio Vidal a la cabeza y el ministro de Energía Jaime Álvarez como articulador técnico, jugó un papel central para coordinar con las operadoras y garantizar que el proyecto no se detuviera. A esa tarea se sumó el Sindicato Petrolero, Gas Privado y Energías Renovables (SIPGER), conducido por Rafael Güenchenen, que sostuvo la paz social y aseguró el respaldo de los trabajadores en un contexto de transición complejo. En mayo de 2025, más de 4.500 afiliados participaron en una asamblea donde ratificaron el acompañamiento gremial al proceso y reforzaron el compromiso con el desarrollo de Palermo Aike.

El respaldo gremial evitó que el retiro parcial de YPF de áreas convencionales derivara en conflicto. Por el contrario, el sindicato acompañó el traspaso de campos maduros a FOMICRUZ y sostuvo la transición hacia el nuevo esquema productivo. En paralelo, impulsó la reactivación de equipos de workover para el abandono de pozos inactivos en el norte provincial, generando empleo genuino y fortaleciendo el compromiso ambiental. Este trabajo silencioso, sumado a obras de infraestructura sindical —nueva sede en Río Gallegos, polideportivo en Caleta Olivia— reforzó el mensaje de estabilidad y confianza en un momento de incertidumbre.

Esa paz social es hoy un activo central. Sin el acompañamiento sindical, difícilmente las empresas hubieran avanzado con la inversión. La historia petrolera argentina demuestra que grandes proyectos no prosperan sin equilibrio entre Estado, compañías y trabajadores, y Palermo Aike parece haber incorporado esa lección desde el inicio.

En el plano técnico, la nueva fase es fruto de los aprendizajes del pozo piloto Maypa.x-1, perforado por YPF y CGC. Ese pozo alcanzó 3.574 metros verticales y 1.036 horizontales, fue sometido a 12 fracturas hidráulicas durante 102 días, y acumuló 769 m³ de petróleo con caudales estabilizados entre 7 y 16 m³ diarios. Aunque los resultados no fueron concluyentes desde lo comercial, confirmaron la madurez de la roca para gas y condensados, lo que habilitó la continuidad exploratoria con mayor precisión geológica.

La etapa inicial también incluyó la adquisición de datos sísmicos en 2D y 3D entre enero y marzo de 2025, que permitió ajustar el modelo de subsuelo y planificar las nuevas perforaciones a profundidades cercanas a los 3.400 metros, con equipos preparados para resistir temperaturas de hasta 160 °C. Se trata de una ingeniería adaptada a las exigencias australes, donde clima y logística condicionan cada paso.

Los especialistas resaltan que Palermo Aike reúne condiciones comparables a Vaca Muerta en espesor, tipo de roca y extensión. Con una superficie estimada de entre 12.000 y 14.000 km², podría contener entre 6.000 y 10.000 millones de barriles equivalentes de hidrocarburos. Sin embargo, los desafíos técnicos, logísticos y financieros son enormes. La maquinaria debe ser “winterizada” para soportar el frío extremo, los traslados se realizan en zonas remotas y la provisión de insumos exige una logística precisa. De ahí la importancia de desarrollar proveedores locales y capacitar mano de obra especializada, reduciendo costos y generando empleo de calidad.

La infraestructura existente ofrece una ventaja. Palermo Aike cuenta con el Gasoducto San Martín, oleoductos hacia Punta Loyola y la posibilidad de conectar con salidas marítimas tanto al Atlántico como al Pacífico. Esa red puede allanar el camino hacia exportaciones directas, una condición indispensable para justificar inversiones de largo plazo.

El gobierno provincial impulsa además un “roadshow” internacional para atraer capitales y socios estratégicos. La apuesta es replicar, en escala adaptada al sur, el modelo neuquino: convertir un hallazgo geológico en un polo de desarrollo industrial, multiplicando la producción de energía, generando empleo y diversificando la economía. Con la ventaja de contar con la experiencia previa de Vaca Muerta, que dejó aprendizajes técnicos y regulatorios útiles para evitar errores y acelerar la curva de crecimiento.

La expectativa en Santa Cruz es palpable. Comerciantes, proveedores de servicios y comunidades locales ven en Palermo Aike la posibilidad de un futuro distinto. Si las nuevas perforaciones confirman un potencial comercial viable, el ingreso de capitales podría transformarse en un flujo sostenido durante la próxima década. El impacto no se medirá solo en millones de barriles: significará también más empleo, regalías provinciales, infraestructura y un horizonte de estabilidad en una provincia golpeada por vaivenes económicos.

La comparación con Vaca Muerta funciona como espejo y advertencia. Neuquén vivió una transformación profunda, pero también enfrentó tensiones sociales, desafíos ambientales y una dependencia marcada de la renta hidrocarburífera. Santa Cruz tiene ahora la oportunidad de construir un modelo distinto, más equilibrado entre producción, ambiente y comunidad. El rol del Estado provincial, el compromiso de las empresas y la responsabilidad sindical serán decisivos para definir ese rumbo.

Sea cual sea el desenlace, lo cierto es que Palermo Aike ya se instaló como una frontera energética de relevancia nacional. El subsuelo austral comienza a revelar su potencial, y con él se abre un capítulo que combina expectativas económicas, desafíos tecnológicos y, sobre todo, la esperanza de que el sur argentino escriba un nuevo tiempo de desarrollo.

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