14 septiembre, 2025 10:45 pm

ARGENTINOS VIAJAN MÁS AL EXTERIOR, TURISMO RECEPTIVO SE DESPLOMA

Un fenómeno persistente en 2025 que profundiza la sangría de divisas: más salidas, menos ingresos del turismo extranjero y un déficit turístico histórico que golpea la economía nacional.

Desde comienzos de 2025, se observa con claridad un fenómeno conocido pero agravado: los argentinos viajan al exterior en una cantidad cada vez mayor, mientras que el turismo receptivo cae con fuerza, provocando un debilitamiento notable de la balanza turística, escurrimiento de divisas y creciente presión sobre las reservas del Banco Central.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), entre enero y julio ingresaron al país alrededor de 3,1 millones de turistas extranjeros, lo que representa una disminución del 18,1 % respecto a los 3,8 millones que llegaron en el mismo periodo de 2024, lo que implicó que Argentina dejó de recibir casi 1,6 millones de visitantes internacionales . Esta caída impacta de lleno en la cadena de hoteles, gastronomía, transporte y comercios, donde los ingresos por turismo se erosionan aceleradamente.

Por su parte, el turismo emisivo explota. En igual lapso, salieron del país aproximadamente 8,2 millones de residentes, frente a los 5,2 millones del año anterior, reflejando un crecimiento interanual del 57,3% . En julio únicamente, 843 mil argentinos viajaron como turistas al exterior, acompañados por 715 mil excursionistas . En ese mismo mes, ingresaron 427,2 mil turistas extranjeros, una caída del 16 % respecto a julio del año anterior.

El saldo negativo de visitantes fue de 854,5 mil personas en julio, sumando turistas y excursionistas . Un desequilibrio de tal magnitud no conviene subestimarlo: el gasto de argentinos en el exterior fue de USD 576,5 millones solo en julio, con un desembolso diario promedio por viajero de USD 96,7; mientras que los turistas extranjeros que nos visitaron dejaron USD 220,4 millones, con un gasto diario promedio de USD 88,8.

El ancla cambiaria y sus ecos del pasado

El escenario actual tiene raíces en la política económica dominante: el Gobierno impulsó un tipo de cambio que tornó al dólar “barato” —un peso fuerte— como ancla para contener la inflación, que bajó de cifras cercanas al 25 % mensual en diciembre de 2023 a menos del 2 % en junio de 2025 . Esta configuración disparó el turismo al exterior, porque viajar y comprar afuera se volvió más accesible en términos reales, especialmente frente a destinos cercanos como Chile, Brasil y Uruguay .

Es un déjà‑vu de la saga argentina: se recuerda la película Plata dulce (1982), donde, en contexto de dólar barato, los argentinos volvían de Miami con carritos llenos de electrodomésticos y turismo financiado con deuda externa . Hoy resuenan las mismas alarmas: ya en el primer semestre, el turismo al exterior implicó un gasto de USD 3.786 millones por parte de los residentes, mientras que el ingreso del turismo extranjero fue de unos USD 1.500 millones, generando un déficit turístico de alrededor de USD 2.268 millones .

Este desequilibrio, advierten economistas, podría llevar el déficit anual de turismo a más de USD 10.000 millones si persiste la tendencia . Los destinos preferidos por los argentinos incluyen, además de los vecinos limítrofes, Europa y Estados Unidos, donde el gasto diario es más elevado, pero la masa de viajantes sigue creciendo .

La caída del turismo receptivo no solo resta ingresos directos; debilita la competitividad del sector y empeora la crisis interna. Incluso en meses con alta demanda como abril o junio, los arribos cayeron significativamente: en abril el déficit fue de 726 300 visitantes y en junio solo un 4,3 % menos turistas llegaron, mientras que las salidas crecieron 28,6 %, con un saldo negativo de más de 325 000 viajeros .

Además, el turismo interno —es decir, argentinos viajando dentro del país— también muestra señales de agotamiento. Las búsquedas por destinos nacionales cayeron un 30 % respecto al año anterior, incluso en temporadas claves, y el sector hotelero perdió aproximadamente 3 000 puestos de trabajo (4 % del total) en el último año . El frenado del turismo doméstico y el receptivo profundizan la crisis del sector, amplificando la dependencia de los viajes al exterior.

La respuesta del Gobierno es cautelosa: rechaza que exista un problema, alegando que no hay déficit fiscal y que la estrategia cambiaria es sostenible . Sin embargo, los ecos del pasado —endeudamientos, crisis de reservas, fuga de divisas y recesión posteriores al modelo de los noventa— vuelven a movilizar debates.

En efecto, la Argentina de 2025 exhibe una notable dualidad: mientras una porción de la población accede a compras en el exterior, viajes internacionales y consumo de bienes durables (el sector automotor creció 84%, el inmobiliario 66% y aumentaron los viajes al exterior) , otra parte de la sociedad sobrevive con ingresos limitados, récord de desocupación (7,9%) y deterioro del acceso a bienes esenciales .

La aparente recuperación económica—impulsada por el esquema liberal y el apoyo financiero internacional— convive con una creciente desigualdad social, desempleo e inestabilidad externa. ¿Cuál será el destino de esta fiesta viajera? Si bien las señales de reactivación son evidentes para algunos sectores privilegiados, el deterioro del turismo receptivo y el escaso consumo interno delinean un horizonte preocupante para la economía y el empleo nacional.

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1 comentario en “ARGENTINOS VIAJAN MÁS AL EXTERIOR, TURISMO RECEPTIVO SE DESPLOMA”

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