19 septiembre, 2025 2:05 pm

OTHAR: “PRIMERO LA GENTE DE COMODORO”

EL intendente reafirma el acuerdo con los gremios para proteger el empleo local.

En una clara señal de respaldo a los reclamos sindicales por el empleo local, el intendente de Comodoro Rivadavia, Othar Macharashvili, reiteró el convenio vigente con los gremios de la construcción para priorizar la contratación de mano de obra de la ciudad en las obras del puerto. La determinación se produjo en medio de tensiones generadas por denuncias de la UOCRA sobre la utilización de personal de otras jurisdicciones que, según el gremio, vulnera los derechos de quienes fueron capacitados y están disponibles en Comodoro.

La expresión del jefe comunal —quien enfatizó que “las normativas vigentes y sobre todo el acuerdo que hay con los gremios, es que primero se toma la gente de Comodoro y después la gente de otros lugares” — emergió en respuesta a la protesta formal encabezada por la UOCRA en el puerto local, relacionada con una obra destinada a reactivar el astillero. El sindicato denunció que se incorporó personal ajeno a la bolsa de empleo local, lo que derivó en la movilización como medida de alerta. Subrayaron que la obra había sido anunciada hace cuatro meses con el propósito de brindar oportunidades laborales a los sectores desocupados de la construcción de la ciudad .

En la misma línea, Macharashvili aclaró: “Venimos ordenando y trabajando con todas las empresas locales, por lo que queremos que aquellas empresas que vienen a trabajar a Comodoro Rivadavia cumplan con todas las normativas vigentes de esta ciudad” . Y concluyó remarcando que “esto se tiene que conversar para no generar inconvenientes y tensiones, que no queremos vivir en esta ciudad” .

La protesta impulsada por la UOCRA se basó en lo que el delegado gremial, Walter Godoy, definió como una situación de discriminación hacia los trabajadores locales. En una recorrida de inspección, constataron que ya había operarios de la empresa Astilleros Patagónicos Navales, provenientes de Puerto Madryn, desempeñándose dentro del astillero. Según Godoy, estos trabajadores no pertenecen a la UOCRA sino a otros gremios, lo que supone una violación de los acuerdos preexistentes . Informaron que hasta ese momento habían sido incorporadas unas 15 personas, aunque el número podría superar las 40 en el futuro cercano .

La respuesta desde la administración portuaria fue crítica hacia la protesta. Digna Hernando, administradora del puerto, calificó la manifestación como “injustificada” y consideró inoportuno lanzar alertas que pudieran amenazar futuras inversiones. Señaló que nunca antes hubo tanto personal de la UOCRA trabajando dentro del puerto como en ese momento, con obras activas en el astillero e incluso actividades concretas vinculadas a la industria naval que cuentan con sus propios gremios .

El contraste entre la postura sindical y la reacción portuaria revela una tensión creciente. Se sostiene que la UOCRA podría endurecer sus medidas, aunque por el momento sostienen una posición considerada “pacífica”, anticipando que la Secretaría de Trabajo podría intervenir para resolver la situación. Sin embargo, el gremio no descartó la posibilidad de clausurar el ingreso al puerto si no se alcanzaban consensos . Esta situación despierta interrogantes sobre el equilibrio entre el respeto a las normativas laborales locales y la dinámica de las inversiones en infraestructura portuaria.

El contexto de esta disputa forma parte de un escenario más amplio. Las obras en el astillero han sido promovidas como una apuesta al desarrollo local, generando expectativas sobre la reactivación económica y laboral. Sin embargo, estas iniciativas también reflejan los desafíos de implantar políticas de protección del empleo regional en un entorno donde confluyen distintos intereses empresariales, gremiales y estatales.

La posición del intendente Othar Macharashvili cobra relevancia porque representa el compromiso del Estado municipal con la preservación del empleo local. Al subrayar el acuerdo con los gremios y la necesidad de diálogo previo a cualquier contratación externa, busca garantizar que la apertura de la economía del puerto no ocurra en detrimento de los trabajadores de Comodoro. Esta estrategia aparece como una herramienta de gobernabilidad, destinada a consolidar un marco de fortalecimiento del empleo regional y a evitar que conflictos laborales se trasformen en crisis sociales.

En cuanto a la dimensión sindical, la UOCRA ha sabido colocar este episodio como una prueba de fuego para sus herramientas de reclamo colectivo. La visibilidad de esta movilización y la posibilidad de medidas más duras evidencian su capacidad de presión, y dejan en claro que no están dispuestos a tolerar que los recursos locales, como la mano de obra, sean desplazados sin explicación ni previa consulta.

En paralelo, la visión del puerto —representada por Hernando— apunta a resguardar la operatividad y a promover una imagen favorable frente a posibles inversores. Para sus voceros, la denuncia gremial podría ser entendida como un freno a la modernización del astillero y al desarrollo portuario, que suelen requerir flexibilidad en la contratación para acelerar plazos y responder a demandas logísticas urgentes.

El desafío, entonces, es encontrar un punto de equilibrio: que las obras se desarrollen sin contratiempos y al mismo tiempo se mantenga el compromiso ético y legal de priorizar a los ciudadanos de Comodoro. En este sentido, la Secretaría de Trabajo aparece como una instancia clave, cuyo rol de mediación puede definir si se torna irreconciliable el reclamo laboral o si se logra un acuerdo tripartito favorable.

En los próximos días, los actores involucrados —gremios, municipio y administración portuaria— deberán definir si avanzan hacia una mesa de diálogo o si cada parte opta por endurecer su postura. Para la ciudad, el modo en que esta disputa se resuelva será un indicador del nivel de desarrollo institucional y social al que se aspira: si prevalece la lógica de la fuerza o si puede activarse una lógica de consensos que permita avanzar sin traicionar el capital humano local.

La ciudadanía observa con atención y preocupación. Para muchos, el reclamo sindical representa la defensa de generaciones de trabajadores que han construido Comodoro; para otros, las obras significan una rare oportunidad de crecimiento que requiere flexibilidad. El cierre de esta historia dependerá en gran parte de si logramos que “primero se tome la gente de Comodoro” no sea solo un eslogan, sino una práctica efectiva dentro de una política de desarrollo inclusivo y sustentable.

Compartir noticia
WhatsApp
Telegram

Dejá un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio