3 noviembre, 2025 2:23 pm

CRISIS, SOSPECHAS Y ESPECTÁCULO: EL PRESIDENTE VIAJA A VER A FÁTIMA FLÓREZ

Mientras la Casa Rosada intenta contener el escándalo por presuntas coimas que involucra a su círculo íntimo, Javier Milei emprende un viaje a Estados Unidos que lo ubica en un escenario inesperado: la promoción de un show de su expareja Fátima Flórez en Las Vegas anuncia la presencia del presidente. Entre la crisis política y el mundo del espectáculo, la frontera entre lo público y lo privado vuelve a desdibujarse.

La política argentina volvió a convertirse en un extraño cruce de pasiones, escándalos y espectáculo. En la primera semana de septiembre, cuando la agenda pública debería estar concentrada en la economía en crisis, los coletazos del caso ANDIS y las elecciones legislativas en Buenos Aires, la figura del presidente Javier Milei aparece inesperadamente ligada a un show en Las Vegas. La protagonista es su expareja, la humorista e imitadora Fátima Flórez, quien se presenta el 5 y 6 de septiembre en el Sahara Theatre con un espectáculo anunciado como “único e internacional”. Lo llamativo es que la propia promoción del evento incluyó una frase que sacudió tanto la cartelera teatral como el tablero político: “¡Viene Milei!”.

El afiche fue difundido en redes sociales por Jorge Elías, empresario vinculado a la organización de la gira. Además de la información de rigor —fechas, ubicación y precios de entradas, que oscilan entre 79 y 130 dólares—, resaltaba en letras rojas la supuesta presencia del presidente argentino. La difusión fue suficiente para que el rumor explotara. En medio de la tormenta política, el flyer se volvió viral, comentado tanto en grupos de Whatsapp como en medios tradicionales. El dato, al menos en apariencia menor, se amplificó por el contraste entre la crisis en Buenos Aires y el lujo de Las Vegas.

Fátima Flórez salió al cruce con un estilo ambiguo. Aclaró que el material no era parte de la promoción oficial, pero no descartó la asistencia de Milei: “Al coincidir en la misma ciudad es muy probable que nos visite al show”. En la misma línea, insistió en marcar distancia personal: “Estoy soltera, súper tranquila… No puedo ligar lo sentimental con lo que me conviene”. Sus palabras, lejos de calmar las especulaciones, abonaron la idea de un posible reencuentro en escena, aunque sea fugaz, entre dos figuras que compartieron una relación amorosa convertida en tema nacional desde fines de 2023.

La Casa Rosada, en tanto, se mantiene en silencio. Ni voceros oficiales ni funcionarios de primera línea confirmaron la agenda del presidente en Las Vegas, más allá de sus reuniones previstas en Los Ángeles con empresarios e inversores. La gira internacional había sido anunciada como parte de una estrategia económica y diplomática, con escalas en California y en Nevada, y un regreso previsto a Buenos Aires el sábado 6, apenas un día antes de las elecciones bonaerenses. Lo que nadie imaginaba era que el viaje quedaría teñido por la expectativa de su posible presencia en un show humorístico.

El contraste es brutal. En Buenos Aires, el escándalo de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) domina la escena política desde la filtración de audios que involucran a su ex titular, Diego Spagnuolo, y que mencionan supuestos pagos ilegales, favores políticos y designaciones digitadas. El centro de la tormenta es nada menos que Karina Milei, hermana del presidente y secretaria general de la Presidencia. Aunque el gobierno habla de una operación difamatoria orquestada por sectores opositores, los pedidos de interpelación ya ingresaron al Congreso y la oposición aprovecha el momento para desgastar a un oficialismo que llega debilitado a la cita electoral.

En ese contexto, la imagen de Milei en Las Vegas cobra ribetes de paradoja. Para los sectores opositores es el ejemplo perfecto de “desconexión” presidencial: mientras el país discute corrupción y pobreza, el jefe de Estado aparece vinculado a un espectáculo de imitaciones y humor en una de las capitales mundiales del entretenimiento. Para los defensores del presidente, en cambio, se trata de una coincidencia forzada por agendas superpuestas y de un uso malicioso de la figura presidencial en la promoción de un show.

Los medios internacionales no tardaron en recoger el episodio. El diario Las Vegas Sun tituló que “el presidente libertario de Argentina se defiende de un escándalo de corrupción mientras su expareja actúa en la ciudad del juego”. El matiz internacional, que en otra circunstancia hubiera sido un condimento pintoresco, se convierte ahora en un recordatorio incómodo: la política argentina es observada con lupa fuera de sus fronteras y la mezcla de escándalos, vida privada y espectáculo se vuelve noticia global.

El vínculo entre Milei y Flórez, por otra parte, está cargado de simbolismo. Comenzó en 2023, en pleno auge de la campaña presidencial, y se consolidó tras la victoria electoral. La relación fue confirmada públicamente y ocupó tapas de revistas, programas de televisión y titulares durante meses. Sin embargo, en abril de 2024 se anunció la ruptura. Desde entonces, los rumores de reconciliación aparecieron cada tanto, sin pruebas concluyentes. La actual coincidencia en Las Vegas es, para muchos, el capítulo más curioso de esa saga mediática.

Fátima Flórez, por su parte, mantiene un discurso claro: “No. Para nada. Estoy soltera… siempre me manejé con el corazón”. Lo sentimental parece estar en segundo plano frente a la oportunidad profesional de presentarse en un escenario internacional. Sus imitaciones de Cristina Fernández, Susana Giménez o Mirtha Legrand son ya un clásico de la escena local, y ahora busca consolidar su carrera fuera del país. Que su nombre vuelva a cruzarse con el del presidente le aporta a su show un magnetismo adicional que, incluso si ella quisiera evitarlo, resulta imposible de controlar.

El flyer con la frase “¡Viene Milei!” terminó convertido en objeto de disputa política. Desde la oposición, dirigentes como Myriam Bregman o Cristian Ritondo ironizaron en redes sociales sobre “el doble juego entre Vegas y la Casa Rosada”. En el oficialismo, en cambio, las voces fueron más cautas: se limitaron a negar que la Presidencia haya autorizado ese tipo de promoción y acusaron a los medios de “montar un circo” para desviar la atención de la situación económica.

La estrategia política del presidente se vuelve cada vez más difícil de leer. Por un lado, intenta mostrarse como un líder global en foros empresariales y reuniones bilaterales. Por otro, no logra desprenderse del tono personalista y mediático que caracterizó su campaña y que ahora, en el gobierno, se traduce en situaciones tan llamativas como la actual. Lo cierto es que, más allá de las intenciones, la imagen de Milei en Las Vegas, asociada a un show humorístico de su ex, es un cuadro que alimenta titulares, memes y especulaciones por igual.

El telón de fondo es mucho más grave: la crisis económica, la presión inflacionaria, el aumento de la pobreza y el debate sobre los recortes presupuestarios que el oficialismo impulsa en el Congreso. A esa tensión se suma ahora el escándalo de coimas que involucra directamente a Karina Milei, figura central en el armado político de La Libertad Avanza. En este escenario, cada movimiento del presidente es interpretado en clave electoral, y la coincidencia con Flórez se convierte en un ingrediente adicional en un cóctel ya explosivo.

La pregunta central es si Milei aparecerá efectivamente en el Sahara Theatre. De confirmarse, las imágenes darán la vuelta al mundo: un presidente argentino en medio de una crisis institucional, aplaudiendo un show de imitaciones en Las Vegas. De no ocurrir, quedará igualmente la marca de un episodio que reveló, una vez más, cómo la delgada línea entre la vida pública y la privada puede redefinir la agenda política del país.

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