18 septiembre, 2025 10:06 pm

GORDILLO ARRIAGADA: “LA RECONVERSIÓN DE YCRT ES CON LOS TRABAJADORES, NO CONTRA ELLOS. EMPIEZA UNA NUEVA ETAPA QUE DEBE SER SUSTENTABLE Y GARANTIZAR LA INVERSIÓN”*

La histórica Yacimientos Carboníferos de Río Turbio (YCRT), en plena transición hacia la futura Carboeléctrica Río Turbio S.A., atraviesa un momento decisivo. Bajo la intervención de Pablo Gordillo Arriagada, la empresa avanza en la consolidación jurídica, la atracción de inversiones y la construcción de un modelo que preserve a su principal activo: los trabajadores. “Mi gestión siempre tuvo como objetivo que la empresa se ordene y pueda funcionar en toda su capacidad”, remarcó.

El cambio se materializó con el Decreto 115, que firmó el Presidente Milei en febrero de 2025 y que establece el estatuto de la nueva sociedad anónima. A ello se sumó la resolución del Ministerio de Economía que instruyó a los accionistas a convocar la asamblea para conformar el directorio. “Una vez que se conforme ese directorio, la Carboeléctrica Río Turbio comenzará a funcionar plenamente”, explicó el interventor, que aún conduce la estructura anterior “pero trabajando sobre el esqueleto de la nueva” hasta que sean designadas las nuevas autoridades.

Gordillo no ahorra definiciones sobre lo que recibió: “Históricamente YCRT funcionó como un organismo público sin figura jurídica de empresa. Ahora se abren escenarios para atraer inversiones y activar cuestiones pendientes”. En esa misma línea agregó: “Nunca fue tratada como una empresa real. Funcionó más como una hacienda productiva del Estado que como una sociedad con patrimonio, ingresos, egresos y obligaciones contables. Eso es lo que se buscó cambiar desde el primer momento”.

Lejos de cualquier idea de vaciamiento, la propuesta apunta a modernizar y transparentar. “No hablamos de privatización, sino de una sociedad donde el Estado mantenga el control, con participación de capital privado para inversiones específicas”, aclaró. El futuro directorio estará integrado por profesionales técnicos en energía y minería designados por el Estado Nacional. “No será una designación política tradicional”, insistió.

Ese enfoque también se refleja en el reordenamiento contable. “Estamos terminando el inventario, dato que la empresa nunca tuvo”, reveló. En paralelo, ya se avanza en la certificación internacional de reservas de carbón, para respaldar el valor estratégico del yacimiento y atraer inversores.

Los resultados empiezan a aparecer. Hace dos semanas se firmó un contrato de exportación de 60.000 toneladas de carbón con una empresa brasileña, la primera operación de magnitud en años. “La exportación demuestra que hay mercado para nuestro carbón. El precio internacional mejoró y la calidad de nuestro mineral es competitiva. Pero esto es solo el inicio”, sostuvo.

El plan de expansión incluye el puerto de Punta Loyola, que se busca transformar en un polo logístico del Atlántico Sur, con proyección hacia la industria petrolera, agroindustrial y la zona franca provincial. Se trata de una orientación multipropósito que diversifica ingresos y complementa la matriz energética y minera.

La generación eléctrica es otro pilar estratégico. La planta de 21 MW, antes destinada al autoabastecimiento, hoy inyecta entre 4 y 5 MW a la red de Río Turbio y 28 de Noviembre gracias a un contrato con Servicios Públicos Sociedad del Estado. En paralelo, la usina mayor, de 240 MW, requiere entre 40 y 45 millones de dólares para poner en marcha uno de sus módulos, inversión que será gestionada por el nuevo directorio con participación privada, siempre bajo control estatal. “Estamos teniendo inconvenientes con la usina de 240 MW, porque nunca estuvo operativa y figura como obra en curso. Evaluar cada bien lleva tiempo, pero es necesario”, reconoció el interventor.

El aspecto social atraviesa todo el proceso. Gordillo fue categórico: “Esta transformación es con los trabajadores, no contra ellos. Pero necesitamos productividad para sostener los puestos de trabajo en el largo plazo”. Reiteró que no habrá despidos y señaló que se preservan tanto los complementos previsionales de 1.470 jubilados como los cuatro convenios colectivos vigentes. “La empresa actualmente opera con cuatro convenios y acuerdos vigentes, y se trabaja para sostener a los casi 2000 trabajadores activos y 1400 pasivos, a quienes se les complementa para que lleguen al 82 % móvil”, detalló.

Ante rumores, fue tajante: “A veces se confunden ciertos comentarios o se mezclan lo que es la transformación con el hecho de que puede haber algún tipo de despido. Me parece que no tiene nada que ver una cosa con la otra”.

La transparencia es otro de los pilares. En abril de 2025, Gordillo respondió durante casi cuatro horas en la Legislatura Provincial a 46 preguntas de diputados sobre estabilidad, empleo, reconversión societaria y reactivación energética. La futura sociedad anónima contará con tres directores designados por la Sindicatura General de la Nación (SIGEN), lo que asegura mecanismos de control y rendición de cuentas. “Al ser una sociedad anónima donde más del 51 % es de mayoría estatal, vamos a tener el control de un órgano fiscalizador que garantizará que no se pierda información, que haya rendiciones de cuentas”, puntualizó.

El horizonte es ambicioso: la puesta en marcha del módulo de la gran usina, contratos de venta de carbón a largo plazo, la inyección de al menos 100 MW al sistema eléctrico nacional, la reducción del déficit operativo a la mitad en 18 meses y el equilibrio financiero hacia fines de 2026.

En este marco, Gordillo anticipó el fin de la etapa transitoria: “En algunas semanas concluirá mi rol de interventor en la empresa, ya que se pondrá en marcha un directorio con participación estatal, privada y de los trabajadores”.

Con tono firme, dejó una definición que sintetiza el rumbo: “La empresa no se salva con más subsidios ni con discursos. Se salva con producción concreta y trabajo genuino. Pero se hace con los trabajadores, no a sus espaldas. Como dijo el Gobernador: ‘se sale con producción y trabajo’”.

La reconversión de YCRT en Carboeléctrica Río Turbio S.A. aparece así como un punto de inflexión: un proceso que combina sustentabilidad operativa, transparencia institucional y justicia social, en el que Gordillo Arriagada busca preservar el legado histórico del yacimiento y proyectarlo hacia una etapa de modernización, inversión y desarrollo energético para toda la región.

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