18 septiembre, 2025 8:42 pm

ARGENTINA ANTE EL NUEVO SALTO DEL DÓLAR Y EL DILEMA DE LA ESTABILIDAD POLÍTICA

La divisa se acerca a los 1.400 pesos en un escenario de fragilidad cambiaria, inflación en ascenso y un clima electoral que condiciona las decisiones económicas del gobierno de Javier Milei

El dólar volvió a convertirse en el protagonista absoluto de la escena argentina. En los últimos días de agosto y comienzos de septiembre, la divisa rozó la barrera de los 1.400 pesos en las pizarras de los bancos, un máximo histórico que refleja no solo la pérdida de valor del peso, sino también la tensión que atraviesa a los mercados frente a un gobierno obligado a responder con medidas de emergencia. La política monetaria se endureció, los encajes bancarios aumentaron, las tasas de interés se dispararon y el Tesoro buscó desesperadamente refinanciar vencimientos, pero los efectos apenas lograron contener la caída de la moneda en un clima enrarecido por la campaña electoral y los escándalos de corrupción que golpean a la administración.

La inflación, que en julio mostró una aceleración hasta el 1,9% mensual, es apenas un indicio del impacto que tendrá la depreciación cambiaria de los últimos meses en los precios. Con un acumulado anual que ya supera el 17% y un registro interanual cercano al 37%, el poder adquisitivo de los argentinos vuelve a erosionarse mientras el oficialismo se aferra a la promesa de una estabilidad que, por ahora, no logra materializar. El Banco Central y el Ministerio de Economía insisten en que la flotación administrada permitirá ordenar el mercado dentro de las bandas establecidas, pero las expectativas devaluatorias y la presión especulativa parecen más fuertes que los anuncios oficiales.

En paralelo, la política introduce un factor adicional de incertidumbre. El calendario electoral de octubre, con la renovación legislativa en juego, mantiene a los inversores en alerta. La causa judicial por presuntas coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad, que salpicó a funcionarios cercanos al poder, reforzó la desconfianza y disparó el riesgo país. El gobierno apuesta a que las medidas contractivas sostendrán la calma hasta los comicios, aunque economistas y analistas advierten que el costo social será elevado y que las tensiones podrían recrudecer si el resultado electoral se traduce en un debilitamiento del oficialismo.

El FMI observa de cerca el proceso y prepara un nuevo desembolso que, aunque podría ofrecer oxígeno transitorio, difícilmente alcance para modificar la tendencia de fondo. La pregunta que atraviesa a la sociedad argentina es si el dólar encontrará finalmente un techo o si seguirá escalando como termómetro de una crisis que combina fragilidad económica, conflictividad social y una política atrapada entre el ajuste y la incertidumbre.

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