19 septiembre, 2025 4:38 am

CRISTINA CONTRA KICILLOF, KARINA CONTRA TODOS

El kirchnerismo advierte al gobernador bonaerense y amenaza con ruptura, al tiempo que la hermana del Presidente concentra decisiones en medio del descontento oficialista.

Desde el contundente triunfo electoral del Frente Patria el domingo, el clima político se percibe cargado de tensiones imprevisibles. El peronismo bonaerense celebró la victoria en Buenos Aires que permitió a Axel Kicillof consolidarse como actor clave dentro del PJ, aunque las tensiones con el kirchnerismo duro —representado por Cristina y Máximo Kirchner— se intensificaron. Desde el entorno de Cristina, lanzaron señales inequívocas de que el triunfo no puede leerse como una conquista exclusiva del gobernador, reclamando reconocimiento colectivo por la unidad lograda. “La victoria no es solo tuya”, advirtieron desde La Cámpora, marcando terreno tras horas de festejos en los que el nombre de Kicillof predominó, mientras el de la expresidenta brilló por su ausencia en los salones partidarios .

El silencio entre los principales referentes fue notorio: ni Cristina ni Máximo Kirchner se comunicaron con Kicillof tras los comicios, acto interpretado como una dosis de frialdad estratégica en medio de un proceso de postulación al liderazgo nacional del PJ. En sindicatos y estructuras internas peronistas, algunos referentes destacaron que el desdoblamiento electoral —estrategia clave para el triunfo provincial— aún divide opiniones. Si bien fue exitoso, existen voces que advierten que puede erosionar el impulso en las elecciones nacionales de octubre si no se administra con prudencia.

En el oficialismo libertario, el día posterior a la derrota también estuvo marcado por una fuerte reorganización interna. El presidente Javier Milei suspendió un viaje internacional a España —donde estaba invitado a un evento del partido Vox— y canceló su agenda para focalizarse en la estrategia doméstica . En la Casa Rosada, el presidente convocó a su primera reunión de la so­llamada “mesa política nacional”, integrada por Karina Milei, Guillermo Francos, Patricia Bullrich, Santiago Caputo, Martín Menem y Manuel Adorni . En ese marco, Milei ratificó su plan económico —ajustar sin dar marcha atrás— y retrotrayó críticas hacia opositores: “La libertad avanza o Argentina retrocede”, fue la consigna reafirmada entre sus allegados .

La prensa recogió rumores de tensiones evitadas: pese a las convocatorias, el gabinete no sufrirá cambios inmediatos. Karina Milei emerge como figura central en este nuevo esquema, pese al malestar que generan las filtraciones que la vinculan con coimas millonarias en la Agencia Nacional de Discapacidad, lo cual golpea directamente la credibilidad anticorrupción del oficialismo.

En paralelo, la derrota aflojó los resortes del poder concentrado por Karina en el Ejecutivo. Las críticas internas fueron menos directas, pero existieron. La integración en la mesa política busca darle aire a la estrategia oficial, aunque el clima sigue cargado: una mujer con enorme poder en los cruces de la política argentina, hoy blanco de cuestionamientos inusuales dentro de su propio espacio.

En definitiva, el “día después” no fue un momento de calma, sino un punto de inflexión. Cristina deja en claro que no reconoce triunfos individuales, mientras LLA recompone su tablero de poder con una hermana presidencial en el centro. El resultado bonaerense dejó claro que en el peronismo hay más de una voz, y en el macrismo libertario la sombra de Karina se expande, mientras se resquebraja por escándalos que desafían su autoridad.

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