El presidente Javier Milei designó a Lisandro Catalán como flamante ministro del Interior y convocó a una “Mesa Federal” junto a gobernadores y autoridades clave para recomponer vínculos institucionales tras el revés electoral en Buenos Aires.
En un contexto de creciente tensión política tras la contundente derrota electoral en la provincia de Buenos Aires —donde La Libertad Avanza obtuvo apenas el 33,7% frente al peronismo que alcanzó el 47,2%— el gobierno de Javier Milei activó una estrategia de recomposición institucional orientada a retomar el diálogo con los gobernadores. Buenos Aires representa aproximadamente el 40% del padrón nacional, lo cual magnifica el impacto político de ese resultado.
La medida más visible fue la reinstauración del Ministerio del Interior, cartera hasta ahora integrada en la Jefatura de Gabinete. Lisandro Catalán, hasta ayer vicejefe de gabinete de Interior, asumió como titular de la nueva cartera. La decisión fue comunicada por el jefe de Gabinete, Guillermo Francos: “Seguimos instrucciones del Presidente Milei… hemos constituido la Mesa Federal junto al ministro de Economía, Luis Caputo, y el nuevo ministro del Interior, Lisandro Catalán”.
La irrupción del Ministerio del Interior responde a una lógica clara: reconstruir canales institucionales y aumentar la coordinación entre el gobierno nacional y las provincias. Además de esta reestructuración administrativa, el gobierno convocó a la Mesa Política Nacional —integrada por Karina Milei, Patricia Bullrich, Martín Menem, Santiago Caputo, entre otros— y articuló una Mesa Federal con gobernadores, aunque algunos reclamaron que la convocatoria no fue formal.
Esta dinámica refleja cambios de tono pero no de orientación: el propio Milei reforzó que su rumbo económico no sufrirá alteraciones pese al traspié electoral, aunque reconoció errores en la gestión y se mostró dispuesto a revisar su estrategia política.
Las elecciones bonaerenses, consideradas una prueba de fuego dada la densidad electoral del distrito, pintaron un escenario adverso para el oficialismo: una diferencia de más de 13 puntos y un impacto directo en su capacidad de gobernabilidad. Además, el fuerte aumento del peronismo torno visible el fortalecimiento de figuras como Axel Kicillof, quien ya es considerado candidato presidencial para 2027 . La derrota tuvo también consecuencias económicas, generando inestabilidad en los mercados y cuestionamientos desde el propio gobierno a sus estrategias de comunicación política .
En paralelo, desde sectores independientes, emergió un frente alternativo bautizado “Un grito federal”, conformado por cinco gobernadores que rechazan tanto al gobierno como al kirchnerismo, y reclaman mayor concreción en las transferencias de fondos y obras públicas.
La creación del Ministerio del Interior y la convocatoria a mesas institucionales sugieren un intento de suavizar un estilo confrontativo, al menos en la forma. Sin embargo, el núcleo de la política macroeconómica —austeridad, recortes, reforma del Estado— sigue intacto. Según el propio Milei, no habrá cambios sustanciales en ese terreno.
Este movimiento responde también a tensiones dentro del oficialismo: luego de la derrota, surgieron cuestionamientos internos sobre errores estratégicos, con críticas a referentes como los Menem o Sebastián Pareja . La designación de Catalán y la Mesa Federal pueden leerse como un mecanismo para ampliar la base política, diversificar interlocutores y frenar el desgaste institucional.