22 septiembre, 2025 11:54 pm

CADA SEMANA, EL PEOR MOMENTO: EL GOBIERNO ATRAVIESA UNA CRISIS SIN FIN

La repetida frase “esta es la peor semana” dejó de ser una excepción para transformarse en un síntoma permanente de un oficialismo que acumula derrotas políticas, fracturas internas y señales de agotamiento económico.

Desde hace meses, analistas, consultores y dirigentes coinciden en una definición lapidaria: “esta es la peor semana del Gobierno”. Lo que en un principio parecía una reacción exagerada frente a un traspié coyuntural, hoy se transformó en una constante que desnuda la fragilidad del oficialismo. La excepción, apenas, fue el triunfo en la Ciudad de Buenos Aires, que dio un respiro momentáneo. El resto del tiempo, el diagnóstico se repite día tras día, semana tras semana.

Los datos de la realidad marcan un cuadro inquietante: caída de bonos soberanos, suba del riesgo país, tensión cambiaria y pérdida de reservas. A ello se suma un Congreso que le dio la espalda a los vetos presidenciales en temas sensibles como educación, salud y recursos para las provincias. La resistencia de la oposición consolidó una mayoría adversa y expuso la soledad parlamentaria del oficialismo.

En paralelo, las divisiones internas resquebrajan las alianzas políticas. Figuras como Silvia Lospennato en el PRO, que rompieron con la disciplina partidaria, reflejan un clima de desorden y muestran que el gobierno de Javier Milei ya no cuenta con la red de contención que supo tener en los primeros meses de gestión.

La campaña electoral, lejos de recomponer fuerzas, aparece cuesta arriba. El propio oficialismo admite que la derrota en la provincia de Buenos Aires es casi inevitable, mientras la estrategia de recuperación territorial en distritos clave como Córdoba enfrenta la competencia de liderazgos fuertes, como el de Juan Schiaretti.

El politólogo Guillermo Oliver sintetizó la crisis con crudeza: “Milei construyó una figura disruptiva que nació en tiempos de desencanto generalizado, pero esa misma identidad se convirtió en una limitación cuando las circunstancias exigen más repertorios de gobierno que los que él tiene. Cuando eso es todo lo que tenés… nada alcanza”.

En ese espejo se refleja la frase que atraviesa redacciones, cafés políticos y sobremesas: “esta es la peor semana del Gobierno”. Una sentencia que ya no marca un episodio aislado, sino la crónica de un desgaste continuo que amenaza con convertirse en estado permanente.

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