3 noviembre, 2025 11:30 pm

LA ENCRUCIJADA DEL GOBIERNO Y EL AUXILIO NORTEAMERICANO

En medio de fracturas internas y presión de los mercados, la reunión con Donald Trump abre la posibilidad de un préstamo excepcional que Milei necesita para sostener su plan económico.

El presidente Javier Milei atraviesa su momento más delicado desde que asumió. La tensión política interna, marcada por divisiones en el oficialismo y derrotas electorales recientes, se combina con un frente externo cada vez más desafiante: el alza del dólar, el riesgo país en niveles récord y la presión de los vencimientos de deuda.

En este contexto, la mirada del Gobierno se dirige hacia Washington. Allí, las conversaciones con la administración de Donald Trump —que volvió a la Casa Blanca en enero— podrían desembocar en un préstamo extraordinario, diseñado a medida para aliviar la asfixia financiera argentina. La cita entre ambos mandatarios en Nueva York es vista como una instancia decisiva para el futuro inmediato.

Fracturas internas y desgaste político

La Casa Rosada no logra blindar su frente doméstico. A la derrota contundente en la provincia de Buenos Aires se suman tensiones dentro del oficialismo, donde figuras clave como Santiago Caputo buscan recomponer la iniciativa política. Al mismo tiempo, los equipos digitales que alguna vez marcaron la agenda oficial —los autodenominados “militantes de red”— intentan recuperar protagonismo tras semanas de repliegue.

El desgaste también se refleja en la sociedad. La inflación erosiona los ingresos, los recortes golpean a amplios sectores y la paciencia social se acorta. El discurso de Milei, basado en la idea de resistencia frente a la “casta”, enfrenta ahora el desafío de mostrar resultados concretos en medio de una creciente desconfianza.

El frente externo y la apuesta a Trump

La economía argentina atraviesa un cuadro crítico. El dólar superó la barrera de los 1.500 pesos, las reservas del Banco Central están en mínimos y los compromisos financieros internacionales presionan con fuerza.

En ese escenario, la posibilidad de un auxilio directo de Estados Unidos aparece como la única vía de escape inmediata. El esquema que se discute incluye un crédito extraordinario, por fuera de los programas tradicionales del Fondo Monetario Internacional, que podría inyectar divisas de manera urgente.

La negociación, sin embargo, no está exenta de costos. Trump podría exigir contrapartidas políticas y comerciales que condicionen la autonomía de la Argentina. La Casa Rosada evalúa que, aun así, el beneficio inmediato —contener la corrida cambiaria y recuperar margen de maniobra— resulta indispensable.

Un respiro en la antesala electoral

El horizonte inmediato está marcado por las elecciones legislativas del 26 de octubre. El Gobierno necesita mostrar señales claras de estabilidad antes de esa fecha. Un entendimiento con Washington, acompañado por un gesto de confianza de los mercados, podría darle aire en medio de la tormenta.

La encrucijada es evidente: sin respaldo externo, el riesgo de un agravamiento de la crisis se multiplica; con un salvataje condicionado, Milei gana tiempo pero cede parte de su independencia política. La reunión con Trump, en ese sentido, se convierte en el punto de inflexión de un gobierno que busca sobrevivir a su primera gran prueba.

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