El expresidente participará este martes de un encuentro partidario en el que se debatirá la estrategia rumbo a las elecciones de octubre. Su regreso ocurre en un contexto de debilidad del gobierno de Javier Milei y de tensiones crecientes en la alianza oficialista.
Mauricio Macri volverá a ocupar un lugar visible en la escena política nacional. El expresidente encabezará este martes una reunión del PRO convocada para analizar la situación electoral y reforzar la campaña de cara a las elecciones de octubre. El encuentro, organizado por el secretario general Facundo Pérez Carletti, servirá para repasar informes provinciales y delinear los pasos a seguir en un escenario cada vez más complejo para el oficialismo.
Aunque se espera que Macri no hable en público, su sola presencia marcará un gesto de liderazgo y de reposicionamiento interno. La derrota de La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires, sumada a la serie de traspiés legislativos que sufrió el gobierno de Javier Milei en las últimas semanas, dejó al oficialismo en un estado de vulnerabilidad que también alcanza a sus socios políticos. En ese contexto, el PRO busca consolidar su estructura territorial y evitar que el desgaste del presidente termine arrastrando a sus propios candidatos.
El relanzamiento del rol de Macri tiene varios objetivos. Por un lado, reafirmar su autoridad dentro del partido en un momento de disputas internas sobre el rumbo de la alianza con Milei. Por otro, recuperar la iniciativa en la construcción opositora frente a un gobierno que, pese a su llegada al poder con un fuerte respaldo popular, atraviesa un rápido deterioro de apoyo social en medio de la crisis económica y de una creciente conflictividad con gobernadores y legisladores.
En los últimos días, el Congreso rechazó varios vetos presidenciales y avanzó con leyes que limitan facultades del Ejecutivo, lo que significó un revés inédito para Milei en su relación con las provincias. Paralelamente, los indicadores económicos muestran inflación persistente y una caída en el consumo, mientras aumentan las manifestaciones en las calles. En ese escenario, la reaparición de Macri no solo busca contener a la militancia del PRO, sino también enviar un mensaje de que el partido sigue siendo un actor central en la disputa por el poder.
Consciente de la fragilidad del oficialismo, Macri apuesta a una estrategia de equilibrio: mantener la alianza con La Libertad Avanza para no quedar aislado, pero al mismo tiempo preservar autonomía para capitalizar un eventual colapso del experimento libertario. Su regreso, entonces, no es un gesto aislado, sino un movimiento calculado para reordenar el tablero político en la recta final hacia octubre.