Ocho de cada diez trabajadores aseguran que sus ingresos no cubren las necesidades básicas y muchos reconocen que el sueldo se agota en apenas dos semanas.
Más del 80 % de los argentinos considera que su salario es insuficiente para llegar a fin de mes. Así lo reveló un estudio regional de la consultora Bumeran, que encuestó a casi siete mil personas en distintos países de América Latina, de las cuales cerca de dos mil fueron entrevistadas en nuestro país. El panorama expuesto es alarmante: la mayoría de los trabajadores asegura que el sueldo no cubre los gastos básicos del hogar y que, en promedio, el ingreso mensual se consume en apenas dos semanas.
El relevamiento indica que uno de cada cuatro asalariados destina la totalidad de su ingreso al pago de deudas y que apenas un 11 % logra estirar su salario hasta fin de mes. El margen para el ahorro es prácticamente inexistente: nueve de cada diez consultados reconocen que no pueden reservar dinero a fin de mes. Entre los principales rubros que concentran los ingresos, sobresalen el alquiler, los alimentos y el pago de créditos o servicios financieros, seguidos por la educación y el transporte.
La percepción negativa de los trabajadores se combina con datos oficiales que muestran algunos matices. De acuerdo con el Ministerio de Trabajo, el empleo registrado privado creció levemente en el primer semestre de 2025 y el salario real exhibió una recuperación en los últimos dos meses. Sin embargo, esa mejora puntual no alcanza a revertir la sensación generalizada de deterioro del poder adquisitivo, que el 58 % de los encuestados reconoce haber sufrido en los últimos meses.
El malestar también se refleja en el mercado laboral: según otros informes, casi el 96 % de los profesionales argentinos está dispuesto a cambiar de empleo en busca de mejores ingresos. La inflación persistente y las restricciones fiscales del Gobierno limitan la capacidad de recomponer salarios, lo que genera un círculo difícil de romper. Mientras la política oficial apuesta al “déficit cero” como ancla para la estabilidad, la vida cotidiana de los trabajadores exhibe una tensión creciente entre el salario que se percibe y el costo real de los bienes y servicios.
En este escenario, las próximas paritarias aparecen como un terreno clave para aliviar el desfasaje entre ingresos y precios. De no mediar una mejora sustancial, el descontento social podría profundizarse. La conclusión es contundente: hoy, para la mayoría de los argentinos, el salario ya no alcanza.