El sindicato estatal advierte que medidas de fuerza podrían afectar la operación aérea nacional, en el marco de un plan de ajustes en la Administración Nacional de Aviación Civil.
La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) convocó a asambleas y protestas en los aeropuertos de todo el país para denunciar un quadro crítico en la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), que —afirman los trabajadores— podría poner en riesgo el normal funcionamiento de los vuelos comerciales. La denuncia se fundamenta en un documento oficial según el cual el organismo prevé recortar más del 50 % de su planta de personal, mediante despidos, pases a disponibilidad, jubilaciones y traslados internos.
El plan fue revelado públicamente por ATE, que anticipa que la medida de protesta tendrá lugar en todos los aeropuertos del país, con asambleas locales y posibilidad de ampliar el conflicto si no hay respuestas del Gobierno. “No somos los trabajadores los que ponen en riesgo la seguridad aeronáutica, sino las políticas del Estado que debilitan el organismo”, sostuvo Rodolfo Aguiar, Secretario General nacional del sindicato.
Según informes vinculados al caso, el recorte planeado en la ANAC implicaría la salida de más de 1.100 agentes entre pases a disponibilidad, jubilaciones forzadas y reubicaciones hacia otros organismos. En paralelo, trascendió que el Gobierno analiza reducir la planta de funcionarios de 1.154 a 793, lo que implicaría alrededor de 207 pases a disponibilidad, 63 jubilaciones, 40 transferencias y algunas eliminaciones de cargos administrativos.
La situación del organismo regulador y fiscalizador del transporte aerocomercial argentina se suma a las recientes protestas del sector de controladores aéreos (ATEPSA), que ya ejecutaron paros parciales con cancelaciones y demoras masivas de vuelos. En esa línea, Aerolíneas Argentinas denunció que durante medidas sindicales algunos vuelos autorizados fueron impedidos de despegar por ATEPSA, incluso fuera de los horarios establecidos para la protesta.
Desde el Estado, algunos sectores intentan relativizar el impacto del conflicto: la Secretaría de Transporte, por ejemplo, aclaró que el paro de ATE-ANAC no afectará directamente los servicios aeroportuarios ni comprometerá la seguridad operativa, pues —argumentaron— no se vincula directamente con el rol de los controladores aéreos.
La demanda central de los trabajadores es que el Gobierno retroceda en su plan de recortes y abra una mesa de diálogo para discutir los alcances del ajuste, la preservación de las funciones vitales de la ANAC y garantías de que no habrá detrimento en la seguridad aérea ni en la operatividad de los aeropuertos. Sin una solución rápida, las protestas podrían escalar y llegar a afectar vuelos domésticos e internacionales durante los próximos días —alertan desde el gremio.