3 noviembre, 2025 5:07 am

XI JINPING SACUDE EL TABLERO INTERNACIONAL Y MARCA DISTANCIA DE OCCIDENTE

El líder chino faltó por primera vez a la Asamblea General de la ONU y lanzó una iniciativa global que busca reconfigurar las reglas de la gobernanza internacional.

La diplomacia china atraviesa un punto de inflexión. En 2025, el presidente Xi Jinping sorprendió a los círculos internacionales al ausentarse de la Asamblea General de la ONU, un gesto sin precedentes para un líder de su magnitud, especialmente en una instancia simbólicamente clave. Al mismo tiempo, China presentó la Global Governance Initiative (GGI), un plan con el objetivo de reformar el sistema internacional y corregir lo que Pekín percibe como un sesgo histórico favorable a Occidente.

El GGI fue presentado como un proyecto de “gobernanza global alternativa”, con pretensiones de replantear reglas institucionales y promover un liderazgo más equilibrado frente a los poderes tradicionales. En ese sentido, el movimiento chino no parece meramente diplomático, sino estratégico: busca ejercer influencia estructural en organismos multilaterales.

El trasfondo es claro: China viene avanzando en la internacionalización de su moneda (el yuan o RMB), consolidando mecanismos alternativos de pagos (como CIPS) y promoviendo relaciones bilaterales fuertes dentro de Asia, África y América Latina. Estas herramientas económicas sirven también como instrumentos de poder blando.

Algunos analistas interpretan la ausencia de Xi en la ONU como un mensaje: Pekín ya no se siente obligado a participar con normalidad en escenarios impuestos por el orden occidental. La diplomacia china está volviéndose autónoma, con movimientos que antes eran impensados en su escala o audacia.

El desafío que plantea China va más allá del discurso: implica una transformación del statu quo internacional —o al menos una tensión creciente— entre un Occidente que acostumbró a gobernar las normas globales y un país asiático que quiere ser protagonista decisivo en ellas.

Si bien todavía es temprano para saber cuánto avance logrará el plan chino, este movimiento ya redefinió expectativas: Occidente deberá responder, el orden vigente se resquebraja y la nueva era diplomática comienza con China pisando fuerte.

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