Las denuncias judiciales y mediáticas vuelven a sacudir el escenario electoral argentino. Desde el caso Espert hasta antecedentes como Niembro, Fernández y Olivera, la historia muestra cómo la política se cruza con expedientes judiciales en las semanas más decisivas.
En la recta final hacia las legislativas del 26 de octubre, el oficialismo y la oposición se ven atravesados por un fenómeno recurrente: candidatos golpeados por denuncias en plena campaña. La actualidad gira en torno a José Luis Espert, pero el historial revela que no es un hecho aislado, sino un patrón que se repite cada elección.
EL CASO ESPERT Y LA SOMBRA DEL NARCO
El candidato bonaerense de La Libertad Avanza enfrenta un duro panorama tras la denuncia por supuestos vínculos con Federico “Fred” Machado, empresario detenido e investigado por narcotráfico. Según la acusación, Espert habría recibido 200 mil dólares en 2019 para financiar su campaña, además de otros beneficios logísticos. El dirigente reconoció haber viajado en aviones de Machado, aunque niega cualquier ilegalidad.
El episodio desató un terremoto político: sectores opositores pidieron que renuncie a su candidatura y a la presidencia de la comisión parlamentaria que encabeza. Incluso voces cercanas a Milei cuestionaron su continuidad. Sin embargo, el presidente defendió a su candidato y denunció una “operación política” destinada a desgastar al oficialismo.
PRECEDENTES DE UNA PRÁCTICA REPETIDA
La política argentina guarda numerosos antecedentes. En 2015, Fernando Niembro, candidato del PRO, debió renunciar por denuncias de corrupción vinculadas a contratos irregulares con la Ciudad de Buenos Aires. Años después, la Justicia lo sobreseyó y calificó el caso de “canallada”.
Ese mismo año, Aníbal Fernández, entonces aspirante a la gobernación bonaerense, fue vinculado por un informe televisivo con el tráfico de efedrina y el Triple Crimen de General Rodríguez. Aunque ganó las PASO, sufrió un fuerte corte de boleta y terminó perdiendo frente a María Eugenia Vidal.
En 2005, Enrique Olivera, referente de la Coalición Cívica, fue blanco de una denuncia falsa por supuesto enriquecimiento ilícito apenas tres días antes de los comicios. Dos años después, el denunciante pidió disculpas públicas, pero el daño político ya estaba hecho.
Más recientemente, en 2023, Maximiliano Pullaro fue acusado por su rival interna Carolina Losada de tener vínculos con el narcotráfico durante su gestión en Seguridad. La acusación no prosperó y Pullaro ganó tanto la interna como la elección general en Santa Fe.
DENUNCIA COMO HERRAMIENTA ELECTORAL
Estos casos muestran un patrón: las denuncias aparecen estratégicamente en los tramos finales de las campañas, buscando erosionar candidaturas o condicionar resultados. En algunos casos, como Niembro y Olivera, los efectos fueron inmediatos. En otros, como Fernández o Pullaro, las consecuencias se definieron en las urnas.
El caso Espert pone nuevamente en discusión el límite entre la transparencia política y el uso de la justicia como arma electoral. Mientras tanto, el electorado enfrenta el desafío de discernir entre denuncias reales y operaciones mediáticas.