3 noviembre, 2025 10:53 am

LA INFLACIÓN EN ARGENTINA VUELVE A ACELERARSE Y LLEGA AL 2,1 % EN SEPTIEMBRE

El índice de precios marcó su mayor aumento desde abril y acumula un 22 % en lo que va del año. La Patagonia fue la región más afectada, mientras crece la preocupación por el poder adquisitivo y la estabilidad económica.

La inflación volvió a encender las alarmas en la economía argentina. Según los últimos datos oficiales, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) registró en septiembre un incremento del 2,1 %, el nivel más alto desde abril y una señal de que las presiones inflacionarias aún persisten a pesar de los intentos del Gobierno por contenerlas. Con este resultado, los precios acumulan un alza del 22 % en los primeros nueve meses del año y una variación interanual del 31,8 %, reflejando el impacto sostenido de la inestabilidad cambiaria y de los costos de los servicios básicos.

El informe detalla que los mayores aumentos se concentraron en los rubros Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles, junto con Educación, ambos con una suba del 3,1 %. Estos sectores continúan marcando el pulso del alza general de precios, influenciados por ajustes tarifarios, la actualización de aranceles escolares y los incrementos en los costos energéticos. En cambio, Restaurantes y hoteles mostraron la menor variación, con un 1,1 %, producto de una menor demanda tras la temporada invernal y cierta estabilidad en los precios del turismo interno.

En el plano geográfico, las diferencias regionales también quedaron en evidencia. La Patagonia lideró el aumento con un 2,4 %, impulsada por el costo de los servicios y la logística, seguida por Cuyo y el Noroeste, ambas con un 2,2 %. El Gran Buenos Aires se mantuvo en línea con el promedio nacional, en tanto el Noreste registró el menor incremento, con un 1,8 %.

Este repunte inflacionario llega en un momento de marcada volatilidad cambiaria, con un tipo de cambio inestable y expectativas de devaluación que presionan sobre los precios mayoristas y minoristas. La incertidumbre económica se traduce en un clima de cautela tanto en el consumo de los hogares como en las decisiones de inversión del sector privado.

Mientras el Gobierno sostiene que el ritmo de los aumentos “sigue bajo control”, los analistas advierten que el panorama inflacionario podría agravarse si no se estabiliza el mercado cambiario y si continúan los ajustes tarifarios previstos para los próximos meses. En los hogares, en cambio, la sensación es otra: los salarios siguen corriendo por detrás de los precios, el poder adquisitivo se erosiona y las familias vuelven a reorganizar sus gastos para llegar a fin de mes.

Con un último trimestre que promete ser decisivo, la inflación vuelve a ubicarse en el centro de la escena económica. Su evolución marcará no solo el pulso del consumo y la actividad, sino también las expectativas sociales y políticas de cara al cierre del año.

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