Confirmó que ya definió sus próximos pasos y generó máxima incertidumbre regional.
Las alarmas internacionales se encendieron tras las recientes declaraciones de Donald Trump, quien afirmó que ya tomó una decisión respecto a sus próximos movimientos sobre Venezuela, pero prefirió mantenerlos en reserva. Con una frase que sacudió el tablero político, expresó: “ya me decidí, pero no puedo decirles qué será”, instalando tensión y expectativa en toda América Latina.
El mandatario explicó que en los últimos días encabezó reuniones con el Pentágono y altos mandos militares para evaluar posibles medidas dentro del despliegue intensivo que Estados Unidos mantiene en el Caribe bajo la operación Lanza del Sur. Destacó que se han logrado “grandes progresos en frenar la entrada de drogas”, lo que sugiere que estaría dispuesto a avanzar hacia acciones más profundas en la lucha contra el narcotráfico.
Referentes vinculados a la estrategia militar sostuvieron que la administración busca “actuar con contundencia contra organizaciones criminales transnacionales”, interpretación que alimenta especulaciones sobre la posibilidad de ampliar la intervención más allá de operativos marítimos, con potenciales acciones aéreas o incluso terrestres.
Trump remarcó que trabaja de manera directa con los jefes de defensa en la evaluación de distintas opciones, pero enfatizó que los detalles deben reservarse hasta el momento adecuado. La afirmación “no puedo decirles qué será” fue leída como una jugada calculada para sostener presión y evitar anticipar información estratégica.
Las palabras del mandatario generaron inquietud en distintos gobiernos y organismos internacionales, que siguen con preocupación una posible escalada de conflicto y sus consecuencias para la estabilidad regional. La combinación de silencio oficial y despliegue militar creciente profundiza la incertidumbre.
América Latina observa en vilo. El anuncio oficial podría redefinir el equilibrio político y militar del continente.
