El STF ordenó su detención inmediata ante riesgo de fuga y alteración del orden público.
Jair Bolsonaro fue trasladado este sábado a la sede de la Policía Federal en Brasilia luego de que el Supremo Tribunal Federal ordenara su prisión preventiva, una medida excepcional fundada en la gravedad del caso y en indicios concretos de que el ex presidente intentaba evadir el cumplimiento de su condena.
Según la resolución judicial, se registraron alertas del sistema de monitoreo electrónico que indicaban que Bolsonaro habría intentado manipular o dañar el dispositivo que controlaba su arresto domiciliario.
La decisión destaca que “la información confirma la intención del condenado de romper la tobillera electrónica para asegurar el éxito de una posible fuga”.
El tribunal también consideró de riesgo la movilización convocada en las últimas horas frente a la residencia del ex mandatario, donde cientos de seguidores se concentraron tras llamados públicos realizados por uno de sus hijos.
Los jueces interpretaron que la protesta tenía “la finalidad de obstruir la fiscalización de la prisión domiciliaria”, generando un escenario que podía complicar el control de la medida y “facilitar un eventual intento de fuga”.
Bolsonaro fue condenado recientemente a 27 años y tres meses de cárcel por liderar una organización destinada a alterar el orden democrático tras su derrota electoral en 2022 frente a Luiz Inácio Lula da Silva.
Aunque la prisión preventiva no implica el inicio automático de esa pena, la Justicia remarcó que la medida es necesaria “para preservar la seguridad pública y garantizar la eficacia del proceso penal” ante un riesgo calificado como real, grave y actual.
La detención fue ejecutada sin incidentes, mientras se mantienen operativos de seguridad y se ordenó el cese de cualquier manifestación que interfiera con la autoridad judicial.
