Reaparición pública con duras críticas y definiciones que generaron impacto.
Cristina Fernández de Kirchner volvió a tomar la palabra mediante un mensaje de audio enviado al Encuentro Plurinacional de Mujeres y Diversidades realizado en Corrientes, rebautizado por los organizadores como Plaza Cristina Libre, donde cientos de militantes reclamaron por su liberación.
La ex presidenta afirmó que su situación judicial tiene un sentido político mucho más profundo.
“Que yo esté privada de mi libertad y proscripta es la metáfora perfecta y disciplinadora de una Argentina a la que le están liquidando sus posibilidades de desarrollo y crecimiento económico”.
La frase detonó reacciones inmediatas y reactivó la discusión sobre el papel que ocupa en el escenario actual.
Para sus seguidores, sus palabras expusieron una estrategia destinada a condicionar cualquier alternativa de proyecto nacional.
Para otros sectores, significó un intento de reposicionamiento en medio del clima de conflicto.
Cristina cuestionó con dureza el modelo económico vigente y advirtió sobre un momento decisivo para el país.
“Lo que está en juego no es mi caso personal, es la posibilidad de recuperar un proyecto colectivo que defienda la soberanía y el trabajo”.
Una vez más recurrió a la figura de El Eternauta, símbolo recurrente en su discurso político.
Desde esa metáfora, destacó el valor de la organización popular y la necesidad de mantener la unidad ante lo que definió como un proceso de disciplinamiento social.
“Solo lo colectivo puede frenar un proceso que pretende dejar sin futuro a millones de argentinos”.
Sus palabras revitalizaron a la militancia y confirmaron que no planea correrse del escenario público.
La discusión sobre su rol y sobre el rumbo del país quedó más abierta que nunca.
