Continúa la disputa tras el desalojo.
La comunidad mapuche Lafken Winkul Mapu, desalojada de Villa Mascardi luego de un extenso conflicto por la ocupación de tierras públicas, mantiene sus rituales espirituales en un sector fiscal autorizado para ceremonias vinculadas a la machi Betiana Colhuan.
Allí se encuentra el rewe, una estructura sagrada que consideran “el corazón espiritual del territorio”.
Aunque el operativo judicial retiró todas las construcciones levantadas en la zona, la resolución permitió el regreso periódico para prácticas ceremoniales.
Esa excepción generó fuertes tensiones con los vecinos y con Parques Nacionales, que reclaman la continuidad del operativo de seguridad para evitar una nueva ocupación.
Desde el organismo advierten que mantener fuerzas federales en el área implica “un gasto constante y difícil de sostener”.
Habitantes del lugar manifestaron preocupación por “el riesgo permanente de que vuelvan a instalarse”, recordando episodios de violencia ocurridos durante la toma de tierras.
En respuesta, los referentes mapuches rechazan esas acusaciones y aseguran que las críticas representan “racismo encubierto y desconocimiento cultural”, defendiendo su derecho a realizar ceremonias en lo que consideran territorio ancestral.
La tensión se mantiene abierta.
Mientras las autoridades buscan impedir cualquier intento de reinstalación, la comunidad sostiene que su presencia es solo espiritual y que “no renunciarán a su identidad ni a su cultura”.