El dólar mayorista acumuló cinco subas consecutivas y quedó a pocos pesos del techo de la banda oficial.
La cotización cerró por encima de los 1.440 pesos en el segmento mayorista y alrededor de 1.470 pesos en el público, niveles que colocan a la divisa muy cerca del límite máximo permitido por el actual esquema cambiario. Con esta escalada, el dólar quedó a apenas unos 60 pesos del techo, una distancia que analistas describen como “crítica y cargada de tensión”.
Especialistas advierten que “el mercado opera con extrema sensibilidad y cualquier movimiento inesperado podría forzar una intervención oficial”. La cercanía al techo genera preocupación porque un salto brusco obligaría al Banco Central a utilizar reservas para evitar superar el límite establecido.
La presión cambiaria responde a una demanda creciente de cobertura frente a la incertidumbre económica. Muchos actores del mercado buscan refugio en dólares, y esa situación “empuja la cotización hacia una zona peligrosa”.
El impacto ya se siente en la economía real. Un dólar alto encarece importaciones e insumos claves y agrega tensión al proceso de precios internos, generando riesgo inflacionario y afectando tanto a comercios como a familias que dependen de productos vinculados al exterior.
En este escenario, la expectativa se centra en la reacción oficial. “Si no se logra frenar la presión o reforzar la oferta, el riesgo de que el dólar toque el techo y desate una corrección fuerte está más presente que nunca”, remarcan operadores financieros.
La situación obliga a mantener cautela y vigilancia permanente, en un clima donde cada movimiento puede inclinar la balanza hacia la estabilidad o hacia un nuevo episodio de tensión cambiaria.